Luis Castro / Ovación
"Vamos a salir a atacar, como siempre". La frase se repite y parte desde la propia boca de Héctor Veira hasta los jugadores. Pero más allá de las intenciones y las ideas futbolísticas que se tengan, habrá que ver cómo se las ingenia Newell's para aguantar los embates canallas, que sin dudas sufrirá desde que empiece el clásico. El Bambino parará el mismo equipo que enfrentó a Independiente. Le ratificará la confianza a Palos, un arquero que tendrá la obligación de revertir su imagen, más aún sabiendo que se juega el puesto. Tal vez la mayor incertidumbre de los leprosos parta desde este lugar: el arco. Los yerros de Lulú días atrás mantiene en vilo a su gente. Y Central seguramente intentará sacar provecho de los nervios y las indecisiones que el arquero pueda tener. Ahí deberá hacer notar su personalidad y brindar la seguridad que necesita su equipo. La defensa deberá estar atenta a lo que puedan hacer, sobre todo, Figueroa y Delgado, quienes se moverán por todo el frente de ataque. El buen momento de los delanteros tendrá que ser opacado con marcas precisas y sin dejar espacio alguno. Domizi y Kmet, por sus respectivos carriles, serán los acompañantes de Marino en la generación de fútbol, además de ayudar en la contención del juego auriazul en ese sector. El volante de Los Surgentes es el hombre clave. Sus altibajos son la mayor preocupación del DT, pero es sabido que cuando se enciende, el juego rojinegro aparece. Rosales acompaña y cuando tiene en su poder la pelota genera zozobra en las defensas rivales. Y Silvani está siempre ahí, cerca del arco esperando su ocasión de festejar (anotó un gol de penal) y dispuesto a dar una mano cuando la ocasión lo amerita. Veira sostiene y pide constantemente plantear la batalla futbolística de mitad de cancha hacia adelante. Es cierto, muy pocas veces lo consigue. Pero si logra ese cometido en el Gigante le quitará poder ofensivo a su rival y tendrá media contienda ganada. No hay nada nuevo ni poco conocido en cuanto al esquema rojinegro. El Bambino sólo deberá hacer hincapié en ajustar el funcionamiento, conseguir el fútbol que pocas veces desplegó su equipo, conseguir las armas para vulnerar la férrea defensa auriazul y estar certeros a la hora de la definición. Resulta sencillo de decir, implementarlo es la gran cuestión.
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