| | Condenado a 11 años por corromper al sobrino La víctima tenía 7 años y compartía la habitación con su tío, quien lo silenciaba con amenazas y golosinas
| Un regreso anticipado al hogar fue para los padres de un nene de 7 años la confirmación de un hecho aberrante: que su tío abusaba del menor desde hacía tiempo silenciándolo bajo amenazas y premiándolo con golosinas luego de cada sometimiento. Se trataba de una práctica constante y perversa por la que Carlos G., un correntino de 36 años, fue condenado a 11 años de prisión por el delito de corrupción de menor. El cuadro que encontraron los padres del chico abusado el 30 de junio de 2001 al regresar a su casa de San Lorenzo era extraño. El nene estaba desnudo, sentado sobre una toalla y comiendo conitos salados. Dijo que se había echo pis encima y que al paquete de conitos se lo había comprado su tío, quien compartía la habitación con el chico desde que se radicó en esa ciudad para trabajar en una aceitera. Los padres desconfiaron y en el canasto de la ropa sucia encontraron un calzoncillo del menor con restos de semen. Entonces el nene les contó que desde hacía meses su tío abusaba de él pero tenía miedo de contarlo porque el abusador le había dicho que, si lo hacía, sería castigado a golpes por sus padres. La investigación posterior demostró que el sometimiento era recurrente. Aunque no llegó a producirse penetración, se acreditó que el hombre lo sometía a prácticas masturbatorias, manoseos y sexo oral y le exhibía revistas pornográficas. Todo mediante amenazas y entregándole dinero para comprar golosinas. Una prueba categórica en contra del imputado fue la entrega por parte de su hermana (la madre del menor) del calzoncillo del chico donde se comprobó que los restos eran de semen. Además la Cátedra de Psiquiatría de Niños de la Facultad de Medicina constató que el chico no mentía y que atravesó una situación traumática: "Presenta dificultades que han afectado su normal desenvolvimiento", dictaminó el informe de los especialistas. El juez Julio García, del juzgado de Sentencia Nº 6, condenó al tío del menor a 11 años de cárcel corrupción calificada, delito que se distingue de un simple abuso por su reiteración y su "tendencia depravadora". Para el juez García, el imputado no cometió "un hecho aislado para desahogar sus impulsos" sino una serie de actos "perversos y anormales llevados a cabo precozmente en una criatura de 7 años, que no alcanzó la madurez física y psíquica para mantener una vida sexual normal", lo que fue agravado por la intimidación al menor y el hecho de convivir con él. La condena fue apelada por el imputado y ahora debe resolver la Cámara Penal.
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