Un reportero gráfico de La Capital fue imputado judicialmente de resistencia a la autoridad y lesiones después de haber sido víctima de una insólita y arbitraria detención por parte de un policía del Comando Radioeléctrico mientras registraba imágenes que ilustrarían una nota periodística del diario al día siguiente. El Sindicato de Prensa de Rosario repudió enérgicamente ayer la imputación y el próximo lunes mantendrá una reunión con el ministro de Gobierno de la provincia, Carlos Carranza, para denunciar la arbitrariedad del policía, quien llegó a esposarlo a una reja antes de conducirlo a un calabozo de la comisaría 2ª. El episodio por el que se acusa a Juncos ocurrió el sábado 11 de enero a media cuadra del diario. El reportero se encontraba tomando fotos frente a la galería La Favorita, en plena peatonal Córdoba, cuando fue abordado por el oficial ayudante Miguel Angel Vallejo, quien exigió saber qué estaba haciendo porque le pareció "sospechoso" que estuviera arrodillado. Juncos respondió lo que parecía obvio ("Estoy sacando fotos") y se identificó como reportero gráfico de este diario, pero el policía dijo que allí no se podía tomar fotografías y le puso las esposas. También avisó que le iniciaría una causa, inventándole cargos, un recurso habitual en la policía cuando debe justificar una detención arbitraria (ver aparte). El oficial ayudante Vallejo cumplió con su promesa de inventar una causa para justificar su procedimiento. El insólito procedimiento dio lugar a la apertura de un sumario policial, donde Juncos quedó como imputado. Luego la acusación llegó a la Justicia y el miércoles pasado el reportero fue indagado por el juez correccional Daniel Acosta. El magistrado lo acusa de resistir el arresto y herir al policía. Pero Juncos le dijo al juez que no cometió ningún delito y que sólo intentaba ilustrar con imágenes una nota para el diario cuando Vallejo se le acercó y trató de impedirlo. El policía argumentó que para sacar fotos debía contar con autorización de la administración de la galería. El reportero respondió entonces que le parecía que no hacía falta porque estaba en un lugar público, y en segundos se encontró esposado y amarrado a la reja como si fuera un delincuente. La intervención de un colega y la presencia en el lugar segundos después de un compañero de Juncos no fueron suficientes para disipar las sospechas de Vallejo, quien buscó apoyo de un patrullero y condujo al fotoperiodista a la seccional 2ª, donde quisieron obligarlo a entregar una muestra de orina para realizar un examen de alcoluria. Lo cierto es que ahora el reportero gráfico está acusado de dos delitos. La imputación disparó la reacción inmediata de la Comisión en Defensa de la Libertad de Expresión y del Trabajo Periodístico del Sindicato de Prensa, que calificó la acusación de arbitraria. "A la sorpresa e indignación de los trabajadores de prensa se suma ahora el repudio y la profunda preocupación por la actitud del oficial ayudante", dijo el gremio en un comunicado. Ahora los representantes sindicales pedirán explicaciones al ministro Carranza y expresarán su preocupación por agresiones como las que sufrió Juncos. El abuso de Vallejo, mientras tanto, no mereció ningún sumario policial ni judicial.
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