Juan Manuel tiene 50 años, es empresario y tiene una familia numerosa. Desde que se graduó en administración de empresas, no paró de trabajar y de especializarse en lo suyo. Hoy, que cuenta con más tiempo libre, decidió dedicarle unas horas semanales a la actividad física, luego de años sin hacer nada. Se inscribió en un gimnasio cerca de su casa, y comenzó con una exigente rutina de ejercicios. Su cuerpo sintió la excesiva demanda y se quejó con un desgarro que le impidió por meses proseguir con su plan de ejercicios. Por el contrario, si el esfuerzo físico hubiera sido en forma progresiva y posterior a una revisación médica, probablemente esto no hubiera sucedido. Precisamente la medicina del deporte es la especialidad encargada del estudio de las causas y el tratamiento de los daños que devienen de la práctica de un deporte. Abarca desde una lesión de rodilla hasta un trastorno cardíaco. Va más allá de la traumatología, ya que incluye otras especialidades, entre otras, la pediatría, la cirugía general, el diagnóstico por imágenes, la dermatología, la cardiología, la neumonología y otras. Los médicos deportólogos, Gabriel Martínez Lotti y Juan José Bóttoli, aconsejan en todas las edades la revisación médica previa al inicio de un deporte y cualquier actividad física, "porque evita daños posteriores". En diálogo con La Capital explicaron cuáles son los problemas físicos comunes de acuerdo a la edad y de qué manera evitarlos. Durante la infancia es conveniente que el pediatra preste atención a la forma en que el niño apoya los pies, el largo de las piernas y la posición de la columna. "El estudio que sugerimos no es exhaustivo pero debe incluir también la observación de la respiración y el funcionamiento del corazón. En caso que se encuentre un soplo o arritmia, el pediatra derivará el paciente al cardiólogo para un examen cardiovascular completo y la eventual realización de un electrocardiograma de esfuerzo", dijeron los especialistas. Los médicos deportólogos apuntaron que en la adolescencia "es frecuente la escoliosis idiopática (desviación de la columna), más común en la mujer que el varón". Este trastorno muchas veces se descubre en forma tardía, y requiere de una cirugía para enderezar la columna. "No se sabe el origen, aunque se pueden prevenir las complicaciones con la utilización de un corset y de esta forma soslayar la intervención quirúrgica", dijo Martínez Lotti. Bóttoli agregó que durante la adolescencia "los padres quieren saber acerca del crecimiento de su hijo, si lo está haciendo en forma normal, si va a ser alto o bajo, lo que se puede deducir con tablas de medición. Saber esto de antemano permite conocer el deporte más apto para cada niño". Sobre el particular ejemplificó que si a un niño lo están haciendo practicar de arquero, y se sabe que no va a medir más de 1.60, "está perdiendo el tiempo", dijo. "En este caso, es necesario tener una altura promedio, al igual que para el básquet o el vóley", explicó. La situación se complica en los casos de personas adultas (mayores de 50 años) que nunca practicaron deportes y de golpe quieren hacer todo lo que no hicieron antes. "Esto puede generar graves problemas en su salud, ya que no están entrenados para una actividad de cierta intensidad", explicaron los especialistas. "Entonces sobrevienen los trastornos, como por ejemplo, un ataque cardíaco en el marco de un partido de fútbol el domingo en el club". En estos casos resaltó la necesidad de un examen físico previo a retomar la actividad, más aún si existen factores predisponentes como sedentarimo, tabaquismo e hipertensión. Cuando se trata de la práctica de actividad física de los adultos mayores, subrayaron que "no deben autoexigirse para evitar lesiones", tales como el agravamiento de una osteoartrosis de rodilla o fractura por estrés óseo en los huesos del pie. En estos casos aconsejan actividades de bajo impacto como el yoga y la gimnasia en el agua. Bóttoli agregó que las revisaciones médicas no sólo deben realizarse antes del inicio de un deporte, sino en forma periódica, principalmente luego de enfermedades prolongadas o graves. "Puede ocurrir que un niño que a los 10 años era apto para el deporte, debido a la aparición de una fiebre reumática entre los 10 y los 11 -que le dejó como secuela un problema cardíaco- más tarde no lo sea".
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