Venado Tuerto. - Insólito: vecinos del humilde barrio Alejandro Gutiérrez implementaron un sistema de guardias y credenciales para acceder al agua potable y protegerse de la "ola de robos" del vital elemento por parte de personas con mejor nivel adquisitivo. La escena no pertenece a una película futurista que ocurre en el desierto, al estilo Mad Max, sino en una de las ciudades históricamente más prósperas del país, aunque desavenencias políticas no pudieron hasta ahora resolver la falta de agua potable para todos y por igual.
Imposibilitados de comprar soda o agua envasada, como sí pueden tantos venadenses, los vecinos del Gutiérrez cuentan desde hace algún tiempo con canillas comunitarias instaladas por la Cooperativa de Obras Sanitarias (COS) de Venado Tuerto. De allí sacan agua potabilizada en una planta de ósmosis inversa que la entidad posee en la zona. Sin embargo, se empezaron a topar con el aumento de la demanda de agua gratis: por las tardes, gente de otros barrios se acercaba -a veces en costosos vehículos- munida de bidones. Y por las noches el barrio se quedaba sin agua.
Hartos de quedarse sin agua y de quejarse en vano los vecinos decidieron solucionar ellos mismos la situación. "Ahora ese lugar está enrejado y el que quiera llevar agua deberá acreditar que pertenece al barrio", explicó un vecino, quien se manifestó conforme con esta medida adoptada entre la vecinal y la cooperativa.
En los últimos tiempos, mientras se esperaba que la clase política venadense solucionara el eterno problema de la falta de agua potable -recientemente se firmó un acuerdo entre el municipio y la COS que concede el servicio por 24 años- algunas dependencias públicas, escuelas y barrios carecientes empezaron a recibir el servicio "a granel" de parte de la cooperativa.
En el Alejandro Gutiérrez, por ejemplo, la provisión se hace mediante canillas comunitarias y, aunque no esté escrito, es básicamente para los vecinos de ese periférico barrio. Pero desde hace varios meses se empezaron a escuchar cada vez más comentarios como este: "Cuando cae el sol comienzan a llegar autos de otros lados que se llevan el agua y nos dejan sin el suministro", graficó un vecino.
La COS carga el tanque que abastece las canillas durante la mañana y por la tarde. Pero por la noche, cuando no hay nadie trabajando, supuestamente debería ser suficiente para todo el barrio el agua cargada durante el día. Esa es la hora problemática; según los vecinos, una vez que se agotó la provisión llevaron toda el agua no hay posibilidad de obtener una gota hasta el día siguiente.
Desde el primer momento los vecinos apuntaron a "gente de otros barrios" que venía a buscar el agua que, en rigor, es para este barrio carenciado aunque nadie controla la situación. "Muchos de los que vienen acá tienen plata como para comprarla envasada", se quejó un vecino, mientras que otro acusó: "Los vecinos de acá venimos caminando hasta (el predio de) la cooperativa donde están las canillas con bidones pequeños, a diferencia de los que vienen en auto, que no son de acá, y se la llevan a montones en autos o camionetas".
A 50 centavos
La planta de ósmosis inversa que la COS posee en su predio de calle Laprida es capaz de potabilizar unos treinta mil litros por hora. En ese predio se vende agua a cincuenta centavos por diez litros, algo que en su momento generó molestias en los empresarios locales. Centenares de venadenses se vuelcan por esa opción, pero la gente más humilde opta por llevar sus bidones hasta las canillas gratuitas.