José M. Petunchi / La Capital
Mientras digiere los dos puntos perdidos por "culpa de Luciano (Palos) y mía", el capitán de Newell's Sebastián Domínguez se va metiendo de lleno en el clásico, un partido demasiado importante para el presente rojinegro y de cuyo resultado depende en buena medida el futuro en el Clausura. "Siempre es lindo jugar un clásico. Si me toca es algo que voy a recordar siempre porque sería el primero como titular y como capitán", reflexionó el Negro, para quien el partido ante Central "es una prueba muy difícil, pero que nos va a servir para sobreponermos de una situación difícil". Respecto de lo que representaría ganar, Domínguez fue claro: "Es importante por el envión, y además para devolverle la alegría a la gente que sufrió tanto en este tiempo por haberse cortado esa racha de 22 años. Además un triunfo puede encaminarnos en el torneo". —Los defensores van a tener un trabajo arduo, puesto que Delgado y Figueroa son la dupla ofensiva más efectiva del torneo. —Son de lo mejor, a pesar de que Mauro (Rosales) y Silvani andan muy buen. Pero ellos han demostrado que la que tienen la mandan adentro, pero también sabemos que en defensa no andan bien y nosotros tenemos gente muy rápida, Marino levantó mucho y Mauro está en un nivel bárbaro junto con el Cuqui, así que sabemos que ellos van a estar preocupados por ese lado. Sabemos que tenemos con qué parar el juego aéreo de Figueroa y los enganches de Delgado. —El juego aéreo es una falencia que todavía no pudieron corregir. —No somos un equipo de mucha altura, habrá que ajustar un poco las marcas. Ellos tienen buen juego aéreo y tendremos que poner los que mejor cabecean, y después preocuparnos por Newell's, por salir a jugar, a divertirse dentro de una cancha, que si dejamos todo, como se tiene que hacer en este partido, vamos a andar bien. —¿Te podés divertir en un clásico? —Dejando todo siempre hay lugar para algún chiche, pero sobre todo hay que poner mucho huevo y pelear hasta la última pelota. Si vos jugás un partido mal pero dejás todo te pueden perdonar cualquier cosa. Contra Independiente dimos muestra de que tenemos mucho corazón y en el clásico van a notar el doble, porque es un partido que nadie quiere perder.
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