Año CXXXVI
 Nº 49.785
Rosario,
martes  18 de
marzo de 2003
Min 24º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Los chicos de los últimos años del nivel medio elogian las terminalidades

Si en algo coinciden los chicos rosarinos que cursan el polimodal es en rescatar que existan las terminalidades. "Es que ya te vas orientando hacia lo que más te gusta", dicen: algo tan importante en esa etapa de la vida como saber quién se es. El primer día de clases les permitió ayer reencontrarse con sus compañeros, y después de izar la bandera y recibir las bienvenidas de rigor bandas de pibes coparon el centro, dispuestos a estirar las vacaciones como fuera. La Capital dialogó con algunos de ellos para saber qué es lo que más les gusta y qué les parece más criticable del nivel educativo que transitan. Los chicos se despacharon.
"El polimodal vale la pena", sentenció Vanina (16), alumna del Normal 1 con terminalidad en Humanidades y Ciencias Sociales. "Es más complejo, pero está bueno porque al tener una especialización definida vas encontrando un poco de orientación para tu vida", agregó. En su caso, ya aparecen pistas sobre qué seguirá estudiando, historia o psicología, en consonancia con lo que hace ahora.
El rescate de que haya orientación desde la secundaria fue unánime entre los más de 20 chicos que conversaron con este diario, más allá de la coincidencia entre la elección que hicieron al ingresar al polimodal y la que harán dentro de uno, dos o tres años al egresar de ese ciclo.
En general hay cierta correspondencia, pero también se da que muchos optaron por la terminalidad en economía simplemente porque estimaron -ellos o sus familias- que al terminarla podrán hallar más fácilmente trabajo. "Y... los números siempre te van a llevar más rápido a encontrar algo que un estudio teórico", argumentó Rocío (17), en 3er. año con esa orientación del colegio Santa Teresita. Con ella coincidió su amigo Federico (16), que piensa estudiar kinesiología y a la vez conseguir empleo, habilitado por la elección de esa terminalidad.
Una visión similar de las ventajas prácticas conjugadas con el respeto a la vocación defendió Valeria (16), alumna del complejo Gurruchaga con orientación en comunicación, arte y diseño. "No sé cómo será en otras escuelas, pero en la mía la terminalidad me resirve porque hay muchas materias específicas para lo que más me gusta: yo misma me voy conociendo mejor y encima salgo con un título técnico que me puede ayudar a buscar trabajo o una pasantía", afirmó.
Franco (15) cursa el polimodal en Humanidades del Cristo Rey y también la tiene clara: quiere ser profesor de historia y ya trabaja para eso gracias a su terminalidad, pero larga una de las quejas que más se repiten, el exceso de carga horaria. "Lo que no está bueno es que haya tantas materias", aseguró.
Metros más allá, Julia y Julieta (17), con la misma orientación pero en María Auxiliadora, afinaron la puntería. "A veces se cambia el nombre a las materias y para no sacarles carga horaria a las profesoras terminan inventando cualquier cosa", dijeron. Y dieron sus ejemplos: "Una se llama Proyectos y une no sabemos de qué manera educación física con psicología, y otra a música con sociología". La queja: que para eso les aumentaron las horas a los alumnos, con "horarios distintos y materias dispares, creadas artificialmente".


Notas relacionadas
Paro y movilización
Diario La Capital todos los derechos reservados