Alejandro Cachari / La Capital
Ahora es el tiempo de reparar en el clásico. Hasta el domingo Racing era la excusa perfecta. Pero ya no más. A propósito. Las virtudes están, son notorias y Central sólo necesita ejercitarlas. Allí no hay demasiado análisis para hacer. En todo caso, usufructuarlas al máximo para sacar beneficios. Y de paso disimular errores. Allí está el punto.
Después de Racing, Central dejó al desnudo algunos desacoples en el sector defensivo que seguramente se llevarán gran parte de la semana de Miguel Angel Russo.
Nada que merezca una atención suprema. Ningún obstáculo insalvable para afrontar el que en otro contexto sería el partido más importante del año (para los auriazules todos son el más importante hasta que el promedio diga lo contrario).
Teniendo a Newell's en la mira, se debe consignar que el sector izquierdo de la defensa canalla, el derecho del ataque rojinegro, sufrió los más duros embates del ataque de Racing, que por momentos desarticuló a toda la línea de cuatro auriazul y le llevó trabajo extra a Daniel Díaz, quien muchas veces debió cerrar a los apurones por ese sector.
El tándem Talamonti-Papa no funcionó de acuerdo a lo previsto y a ello se le sumó la velocidad de Rueda y Diego Milito, que pusieron a prueba la reacción de Petaco Carbonari, todavía algo lento a la hora del mano a mano con los rivales.
Allí parece estar la incógnita a develar de aquí al sábado. Más allá de que se sugiera alguna variante en el medio, el nombre de Ramiro Fassi circuló con mucha fuerza en las últimas horas como alternativa probable.
El Colorado, marcador central de profesión y lateral izquierdo por decantación, podría tener chances de estar entre los once. Quizás haya un dato en su contra. Está claro que su desempeño adquiere dimensiones mucho más trascendentes cuando tiene que cumplir la función de stopper que cuando integra una línea de cuatro hombres como la que está utilizando Central. Eso es lógico porque su posición natural le permite mostrar la mayoría de sus recursos en la línea de tres.
Ese costado de la cancha es el preferido por Mauro Rosales, el argumento ofensivo más importante del equipo del Bambino.
Datos más, datos menos, por allí debe andar la mayor preocupación de Miguel Angel Russo de cara a un partido que, desde lo anímico, puede marcar un punto de inflexión en la desgastante lucha canalla por escaparle a los cuatro peores puestos de la tabla de los promedios.
Inusualmente, al menos para este campeonato, Central mostró debilidades en la última línea. Nada para obsesionarse, pero sí para tomar las precauciones necesarias.
De hecho existe una excusa claramente comprobable. La lesión del Chango Juan Pablo Cárdenas dejó huérfano un lugar que no sólo había estado muy bien cubierto, sino que había marcado lo mejor de Central en los partidos frente a Lanús y Gimnasia hasta el momento de la lesión.
"Lo vamos a sentir mucho", aventuró Russo antes del choque ante Olimpo. Y así es nomás.
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