Marc Lavine
Las estrellas de Hollywood nominadas al Oscar están preocupadas: ¿Cómo podrán celebrar la entrega de las estatuillas doradas el próximo domingo si Estados Unidos desata una guerra contra Irak? "Creo que todos van a considerar con mucha atención la manera de festejar este acontecimiento -que nos encantaría- en el contexto actual", declaró Daniel Day-Lewis, nominado al Oscar a mejor actor por su rol en "Pandillas de Nueva York". "Parecería obsceno desfilar sobre la alfombra roja saludando a la multitud mientras tanta gente está muriendo", afirmó Day-Lewis durante un almuerzo con un centenar de nominados en Beverly Hills. Pero los organizadores de la entrega de los Oscar, la fiesta anual del cine norteamericano, afirman que "el espectáculo debe continuar", precisando sin embargo que la ceremonia será modificada en caso de una intervención militar contra Bagdad. "Si estamos en guerra, la transmisión de los Oscar reflejará desde luego esta realidad", declaró el productor de la velada, Gil Cates. La ceremonia se transmitirá en directo a todo el mundo, llegando a unos cuarenta millones de espectadores en Estados Unidos y a cientos de millones en el resto del mundo. Nicole Kidman, nominada al Oscar a mejor actriz gracias a su rol protagónico en "Las horas", está dividida sobre la actitud más conveniente en caso de guerra: "Existen dos argumentos, el primero sería continuar y no detener los preparativos, y el otro según el cual no sería adecuado asistir a la ceremonia". Catherine Zeta-Jones, que compite por el Oscar a mejor actriz de reparto por "Chicago", manifestó su esperanza de que la ceremonia se mantenga aun en caso de guerra, porque la gente necesita soñar en los momentos difíciles. "Es por eso que pagamos por ir al cine, para escapar de la realidad por un momento", dijo la actriz. "Deberían hacerse igual, pero el tono tendría que cambiar. Los Oscar no son un foro político, pero estaría bien expresar una plegaria por la paz", sostuvo Ed Harris, nominado como mejor actor de reparto por "Las horas". Algunas estrellas de Hollywood ya se están manifestando activamente en contra del posible conflicto bélico. El lunes pasado, Jessica Lange, Ethan Hawke y Steve Buscemi, entre otros actores, presentaron en la misión estadoundiense de Naciones Unidas una petición contra la guerra en Irak con la firma de más de un millón de personas. "No quiero dejar a mis hijos la herencia de esta guerra. Los norteamericanos somos gente moral y eso supone que no dejemos a nuestro gobierno mentir sobre la justicia de nuestra causa", declaró Jessica Lange. Mientras tanto, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas quiere quedar al margen de todo tipo de polémica. Los organizadores de la entrega de los Oscar le pidieron a los presentadores de la ceremonia, desde Salma Hayek a Cameron Díaz, hasta Halle Berry y Denzel Washington, que se abstengan de hacer comentarios políticos en el transcurso de la velada y se ciñan a lo previsto en el guión. En cuanto a las intervenciones de los ganadores, el productor Gil Cates explicó: "Son sus 45 segundos, que preferiría que los invirtieran en el premio que han ganado, pero es su tiempo y este es un país libre". No sería la primera vez que la ceremonia de los Oscar se ve politizada con comentarios de los presentadores llamando la atención sobre conflictos como la guerra de Vietnam, los refugiados haitianos o el maltrato a los indios. Ya se habla de una insignia que recuerde la postura de diferentes intérpretes contra la guerra. Se trata de un broche inspirado en la paloma de la paz de Pablo Picasso y que candidatas como Meryl Streep, nominada como mejor actriz secundaria por "El ladrón de orquídeas", han asegurado que llevarán. Incluso si la Academia consigue acallar cualquier señal de protesta durante esta 75ª ceremonia de los Oscar, los diseñadores de moda han empezado a expresar preocupaciones ante la falta de ánimo entre los candidatos a la hora de ir a la mayor fiesta de Hollywood. "Si se declara la guerra habrá un gran interés en trajes poco llamativos", subrayó ante la prensa el estilista Rennie, que se encargó del vestido blanco y turquesa que lució Queen Latifah durante la entrega de los Globos de Oro. Los Oscar, cuya primera edición tuvo lugar en 1929, sólo fueron postergados en tres ocasiones durante su larga historia. La primera vez fue en 1938, cuando la ceremonia fue demorada una semana debido a unas graves inundaciones en Los Angeles. Treinta años más tarde, el asesinato de Martin Luther King el 4 de abril de 1968 y las manifestaciones que le siguieron en todo el país llevaron a la Academia de Hollywood a postergar por dos días la ceremonia, para que tuviera lugar el funeral del pastor que fuera símbolo de la lucha por los derechos de la minoría negra. En 1981, el presidente norteamericano Ronald Reagan había sido víctima de un atentado en Washington unas horas antes del comienzo de la ceremonia. Los organizadores decidieron entonces aplazar la fiesta del cine por un día.
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