Año CXXXVI
 Nº 49.784
Rosario,
lunes  17 de
marzo de 2003
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Baglietto y Vitale, una dupla que nunca falla
Los músicos se despidieron de su gente en el Anfiteatro ante más de 3.500 personas

Pedro Squillaci / La Capital

Baglietto es uno de esos artistas que pueden tocar el arroz con leche y ser ovacionado. Pero si toca el arroz con leche lo va a hacer afinadísimo, con dos mil arreglos, con juegos de luces, escenografía y teatralización. Entonces saldrá el mejor arroz con leche del mundo. Así es Baglietto. Y aunque toque con el corazón partido como el sábado pasado (se cumplía el primer aniversario de la muerte de su padre y su madre estaba entre el público), y aunque Lito no pueda cantar por un estado gripal, y aunque su repertorio sea el mismo de siempre, su show será brillante. El sábado pasado, ante más de 3.500 personas en el Anfiteatro Municipal en la despedida de su dueto junto a Vitale, quedó claro que Juan amagó con irse, pero siempre está volviendo.
Baglietto y Vitale pueden tocar tango, folclore o rock y hacerlo todo bien. Pese a que hagan tango sin bandoneón, folclore sin bombo, y rock sin reviente. Una muestra de la calidad artística del dúo fue la puesta utilizada en "La última curda". Juan fraseaba la estrofa "cerrame el ventanal que arrastra el sol" y una luz potente simulaba un rayo. De fondo, el fueye que sonaba de los teclados de Lito hizo que por unos minutos el Parque Urquiza se convirtiera en un paisaje arrabalero.
El toque rockero se dio con "Piedra y camino", el tema de Atahualpa Yupanqui que sintetiza una mixtura de géneros demoledora. El final del tema, con Baglietto punteando la guitarra eléctrica como en los 80, demostró que las raíces no se olvidan aunque su larga cabellera ya no exista.
Juan y Lito regalaron "No olvides que una vez tú fuiste sol", un tema que deja la lágrima al límite, también hicieron los clásicos de siempre, y hasta "El Témpano", con Julián Baglietto en cajón peruano, más Lucho González, en guitarra, y Martín González, en percusión.
Sobre el final llegó "Las cosas tienen movimiento". Con esa melodía, el cantante de Arroyito despidió de los escenarios a su entrañable amigo Lito Vitale. El "¡chau!" bien fuerte que le dijo a su público hizo que su adiós no sea más que un hasta luego. Porque, como cantó Baglietto, "qué más hacer en esta tierra incendiada sino cantar".



Baglietto cantó muy afinado en una noche especial.
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