Año CXXXVI
 Nº 49.784
Rosario,
lunes  17 de
marzo de 2003
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Mató a su hija porque la creía poseída por el demonio
La mujer, con desequilibrios mentales, la asesinó a golpes y puñaladas y después le arrancó los ojos

Una mujer con desequilibrios mentales asesinó a su hija de 17 años a golpes y puñaladas y luego le arrancó los ojos en una vivienda humilde de la ciudad de Necochea aduciendo que la adolescente estaba poseída por el demonio.
"Estaba endemoniada" fue lo que dijo Susana Manzano de Bustamante al ser interceptada por la policía cuando, tras matar a su hija, cuando caminaba por las calles de Necochea vestida con una bata y un cubrecama ensangrentados. Al ser apresada, la mujer tomaba de una mano a su hijo de 10 años y en la otra llevaba los ojos de su hija que le había arrancado.
El macabro episodio ocurrió el viernes alrededor de las 4.30, de la madrugada en un precaria vivienda del barrio Norte de la ciudad de Necochea. Cinco horas más tarde la policía la interceptó en la esquina 90 y 55. En momentos de ser detenida, le dijo a la policía: "Mi hija estaba poseída por el demonio, ahora voy a ver al padre Daniel", con referencia al cura de la parroquia Santa Teresita.
Pocas horas antes de ser detenida la mujer, quien aparentemente tiene las facultades mentales alteradas, había masacrado a golpes y puñaladas a su hija Jorgelina Bustamante, de 17 años, utilizando un martillo y un cuchillo.
Fuentes de la investigación indicaron que el cuerpo de la adolescente estaba boca abajo y tenía sólo una remera, el rostro estaba desfigurado por los golpes y le faltaban los ojos, que habían sido arrancados.
El cadáver tenía un cinturón a la altura del cuello y presentaba fracturas y lesiones profundas provocadas, aparentemente, por un martillo y hematomas en la espalda como también una serie de heridas punzocortantes efectuadas por un cuchillo.
Los investigadores hallaron el cuerpo de la chica en la cocina, situada en la parte posterior del inmueble, y secuestraron un martillo y un cuchillo serrucho de 12 centímetros de hoja, ambos con manchas de sangre.
Uno de los vecinos que escuchó fuertes gritos y alaridos a las 4.30 del viernes indicó que "era como si fuera una discusión" y luego "escuché gritos".
"Me pareció que los gritos venían de la parte de atrás de la casa, por lo que salí al jardín pero no alcancé a ver nada, por lo que volví a entrar a mi casa y luego no escuche más nada", precisó el testigo.
La policía indicó que en el interior de la vivienda se encontraba la abuela de la víctima que en total estado de shock balbuceaba frases incoherentes, por lo que tuvo que ser internada y medicada para ser tranquilizada.
Esta familia que se domiciliaba en una vivienda precaria de Necochea estaba compuesta por la víctima, su madre, su hermanito y su abuela paterna. El padre de la jovencita es empleado ferroviario y se hallaba en Bahía Blanca por razones laborales. (Télam)


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