Año CXXXVI
 Nº 49.784
Rosario,
lunes  17 de
marzo de 2003
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El filósofo David Crocker analizó la crisis argentina
El desafío de la búsqueda de una democracia deliberativa
El pensador norteamericano, de paso por Rosario, propuso canales directos de participación ciudadana

Hernán Maglione / La Capital

Las asambleas barriales, nacidas a la sombra del cacerolazo que en diciembre de 2001 terminó por sacar del poder al gobierno de la Alianza, conservan su horizonte en los cambios trascendentales para el país pero corren el riesgo de estancarse en pequeñas islas, muy lejos del poder central. La mirada del filósofo norteamericano David Crocker apunta justamente a esa búsqueda de una democracia participativa y deliberativa, que incluya a los sectores habitualmente fuera de la toma de decisiones y que permita articular una legislación flexible para adaptarla a los cambios y necesidades de la población.
Invitado a Rosario por la Fundación Nueva Generación Argentina, Crocker, graduado en De Pauw University y especializado en filosofía de las religiones y teología en la Universidad de Yale, dialogó con La Capital junto a su colega Osvaldo Guariglia, director del Instituto de Filosofía de la UBA. "Es posible que las democracias se congelen, siempre hay obstáculos en las instituciones tradicionales en cuanto a los canales para la participación de los ciudadanos. En esta situación es necesario establecer instituciones profesionales que en principio se encuentren fuera de las estructuras, pero que poco a poco logren penetrar", aseguró Crocker, para añadir que su tarea es investigar "si hay casos concretos de experimentos que ofrezcan a la ciudadanía oportunidades para participar de una manera más viva, más deliberativa".
El pensador norteamericano puso como ejemplo a los grupos ambientalistas de Estados Unidos, que "desarrollan una organización con muchos choques. Antes había una ley que exigía la protección de todas las plantas y animales, pero también es posible un acuerdo que incluya a todos los protagonistas de una situación local para relajar los requisitos de la ley y establecer algo que todos puedan aceptar, no como algo perfecto sino para evitar choques y tener una convivencia pacífica".
Si bien Crocker aclaró que "es muy interesante entender los experimentos prometedores y los fracasados también, porque se puede aprender mucho de los fracasos", la idea de democracia deliberativa también representa una apertura del Estado en ese sentido. "Normalmente en un gobierno hay diferentes facciones y tendencias, lo cual pueden aprovecharse para ese fin. Hay dos caminos: uno es aceptar la ley y aplicarla con el método de costo-beneficio, nada más, sólo con los economistas. Otra posibilidad sería tomar la ley y reflexionar, y también disponer de oportunidades para aplicarla" teniendo en cuenta el mayor beneficio para la comunidad. "Este sería otro tipo de administración, más participativa y con menos dependencia de los expertos de arriba", aseguró.
Sin embargo, Guariglia afirmó que "nunca se saben las posibilidades reales hasta que se llevan a cabo. Lo cierto es que la democracia argentina está cada vez más vacía de legitimidad y se está convirtiendo en un juego liso y llano de poder. Hasta los sucesos de Catamarca era un juego de poder mínimamente dentro de las reglas, pero desde entonces estamos viendo que rebasa las normas y tiende a incendiar todo".
"Este es el Estado actual, por lo tanto, o los políticos reconocen esto, se reencauza la democracia por sus canales procedimentales tradicionales y legítimos y se le da un contenido sustantivo que tiene que ser el reconocimiento de las verdaderas necesidades de la gente, o va a seguir esta degradación de la democracia con futuro incierto", aseguró Guariglia.
Según Crocker, "es importante identificar experimentos con un grado de éxito para mantener la esperanza de que sea una visión viable y no simplemente algo para los filósofos en las aulas. Por eso, la investigación empírica es importante para mostrar los logros, los fracasos y para aprender del pasado y de otros países".
Precisamente, el filósofo estadounidense cree que existen paralelismos entre Argentina y el modelo que buscaba Raúl Prebisch, el economista argentino que fuera secretario general de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina. "Hay una búsqueda de rutas alternativas que me parece semejante a la época de Prebisch en los años •50; frente a las debilidades en el crecimiento económico, él investigó otro modelo. Después de pasar por una crisis, al igual que la Argentina de hoy, los costarricences evolucionaron hacia modelos diferentes, sin dictaduras que prohibieran la experimentación".
"También está México, que está buscando salidas después de la caída parcial del PRI, aunque es muy difícil porque hay un choque entre los dinosaurios del pasado y los nuevos", dijo Crocker.
Para Guariglia, "lo que fracasó en Argentina es el proyecto de la generación liberal en serio, del siglo XIX. El proyecto de educación, de desarrollo técnico y, por tanto, de inclusión en el mercado. Antes había una gran clase media, todo el mundo tenía su casa, sus necesidades mínimas cubiertas, pero se convirtió en una sociedad de dos velocidades: un carrito tirado a sangre y la Ferrari. Esto no puede ser, no hay democracia que aguante. Hay que buscar una alternativa para que la democracia realmente ofrezca posibilidades hacia el futuro de integración, equidad y justicia".
El objetivo de la Fundación Nueva Generación Argentina es acercar las conclusiones de los pensadores a empresarios, políticos y ONG para aplicar en la práctica sus ideas.


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