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Rosario turística

El concejal Jorge Boasso ha salido a expresar la necesidad de desarrollar una política de turismo que logre captar potenciales visitantes a nuestra ciudad, con el valor económico y social que ello implica. Todo en el marco del llamado "boom turístico" generado en los meses de este verano. Sin dudas, una loable preocupación para quien es un mandatario de la voluntad de los rosarinos. Pero sus expresiones y buenos deseos parecen sonar a especulaciones de coyuntura política ya que es bueno recordar que hace un par de años el mismo concejal Boasso, cuando se debatía la necesidad de implementar o no una "zona roja" para la prostitución callejera, propuso al parque de la Independencia como uno de los posibles escenarios. Por ende, llama la atención que a Boasso, hoy en clara incoherencia con sus expresiones de un pasado no tan remoto, se lo vea preocupado por el desarrollo turístico de Rosario y ayer nomás haya querido transformar al centenario y recientemente remodelado parque, uno de los íconos turísticos de la ciudad, en zona prácticamente vedada para el esparcimiento de la familia y de quienes nos visiten. Seguramente este verborrágico, mediático y ahora incoherente concejal habrá imaginado que Rosario, como otras tantas grandes ciudades del mundo, pueda hacer del "turismo sexual" una alternativa importante para atraer visitantes. Que ello hubiera significado transformar y alterar el objetivo de nuestro parque Independencia, me parece un despropósito total. Por eso es bueno de vez en cuando ejercitar la memoria, porque muchas veces en la velocidad y vértigo de las noticias, el ciudadano común no recuerda que algún político ayer dijo una cosa y hoy todo lo contrario. Ese debería ser nuestro diario ejercicio para saber qué hacer cuando llegue el momento de votar.
Carlos Enrique Bustos