Mauricio Maronna / La Capital
Carlos Reutemann auscultó por enésima vez el sondeo de opinión que había encargado y terminó de deshojar la margarita: Alberto Hammerly será su candidato a gobernador. Para definirse por su arquitecto, vecino y hombre de confianza reparó en los números del centro-norte provincial, donde el 52% de los consultados manifestó su inclinación a votar por "el postulante de Reutemann", aunque todavía fuese anónimo. La misma táctica había elegido en 1995 para ungir a Jorge Obeid como su delfín, aun a sabiendas de que hoy Hammerly (como hace ocho años el actual diputado nacional) no goza de altos índices de conocimiento en Rosario, al fin la principal ciudad de la provincia. Pero el titular de la Casa Gris, después de sus recurrentes negativas a pelear una candidatura presidencial, decidió ponerse aceite verde y salir a la cancha. El Lole internalizó que, sin él como jefe, el justicialismo santafesino va camino a repetir el presente divisionista que atraviesa la estructura partidaria a nivel nacional. Se sabe: el PJ provincial es Reutemann y sólo Reutemann. "Vos vení conmigo, caminá, hablá con la gente, recorré la provincia", parece decirle el gobernador a Hammerly, tratando de insuflarle ánimo. El imán mediático de su figura completa la tarea: quien haya observado desde hace 30 días las fotografías de los diarios o las imágenes de los noticieros (antes de ser enviado a empaparse de sudor peronista en los congresos de Capital Federal y Lanús) seguramente notó que el presidente de la Cámara de Diputados aparece pegado como una oblea al gran elector. Por si faltara algún dato para los escépticos, Rosario amaneció empapelada con afiches que rezan: Reutemann conducción, Hammerly gobernador. Lealtad más trabajo". El mandatario provincial parece contar con un bill de indemnidad que lo acoraza. Pese a dar señales de apoyo a Carlos Menem, la mala imagen que todavía mantiene el riojano en los sectores independientes de clase media no logran menoscabar su alta consideración. "Ese es uno de los datos sobresalientes de los muestreos nacionales: crece en ponderación cada vez que dice «no». Y si cambiaba de opinión y aceptaba finalmente ser candidato, la sociedad se lo hubiese perdonado. Es más, se terminaban las lucubraciones y las dudas: un único «sí» lo depositaba en la Casa Rosada, sin escala ni ballottage", confió un encuestador top que, meses atrás, adelantó su teoría en el programa "El juego limpio", de Nelson Castro. El vice de Hammerly será un pura sangre peronista de Rosario que reúna las condiciones que describen los afiches que aún conservan el engrudo fresco: "Lealtad y trabajo". "Los nombres hace algunas semanas eran: Roxana Latorre, Angel Baltuzzi y Esteban Borgonovo. Sin embargo, el Lole está pensando en la senadora como candidata a intendenta de Rosario, teniendo en cuenta su conocimiento territorial. No olviden que jamás tuvo empacho en desafiar a (Hermes) Binner por el uso de los recursos sociales", confió un informante del primer nivel del reutemismo. Ahora, el casillero de candidato a vice de la escudería oficial sigue vacante. Ganar Rosario, ese arisco objeto del deseo justicialista, parece convencer a Reutemann de que no hay espacio para figurones (o figuritas) impresentables. Es por eso que trata de convencer a Marcelo Muniagurria, entre otros nombres de peso, para que compita, soñando con destronar al socialismo. Hammerly, Obeid y Cavallero son la tríada que tiene en mente Reutemann para borrar el sueño socialista de acceder a la Casa Gris. "A mí no me va a ganar ningún candidato del laboratorio del barrio Guadalupe", dicen que comentó el ex gobernador, en un nuevo capítulo de la agazapada interna provincial. Sin embargo, la relación Obeid-Reutemann, definida por La Capital hace algunos años como de "enemigos íntimos", no desembocará en escandaletes, como previenen algunos analistas. Ambos se necesitan, y el Lole sabe que su antecesor es el peronista que mejor mide en Rosario para sucederlo. Es más, si Néstor Kirchner es el futuro presidente el plan reutemista entraría en zona de tinieblas ya que Obeid apostó sus fichas al santacruceño. En otro plano, fuentes irreprochables del oficialismo admitieron que, en la más estricta de las reservas, se está evaluando la posibilidad de dar marcha atrás con la reforma a la ley de lemas. La Corte Suprema de la Nación debería decidir en breve sobre la constitucionalidad de las modificaciones (bastante alejadas del sentido común) que impiden de hecho las alianzas entre partidos. En el reutemismo temen que un fallo adverso fortalezca a la oposición. "Hay que actuar rápidamente. Las tortugas son lentas, pero a veces se escapan", explicó un informante con copyright maradoneano. "El alemán va a terminar jodiendo a todas sus viudas y se irá de la política sin siquiera decirles «muchas gracias por la lealtad»", es el comentario venenoso de algunos oráculos módicos. No saben que al tope de la boleta de candidatos a diputado provincial de la lista "Hammerly gobernador" podría figurar el hombre de Llambi Campbell. La idea del Lole es que no repita mandato ninguno de los legisladores actuales, como punto de partida del necesario (y hoy inexistente) cambio de caras y caretas. La renovación política insinuada con la reducción del número de ediles en las dos principales ciudades de la provincia debería continuar con la apertura de las listas hacia referentes que no pertenezcan a ningún aparato. En un segundo paso, con elecciones para diputados y senadores nacionales despegadas de las provinciales, y para comenzar a tejer la opción "Reutemann 2007", éste se postularía a senador nacional. Aclaración al pie: como en Argentina la política es el arte de lo imprevisible, la economía un campo minado y la campaña electoral un show demasiado parecido a la farsa (siempre pegada a la tragedia), nada asegura que esta nota no se autodestruya en cinco segundos. Pero esa es otra historia.
| Los afiches de Hammerly aparecieron por todo Rosario. (Foto: Marcelo Bustamante) | | Ampliar Foto | | |
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