Uruguay: adoquines y antiguos muros

Excursión de un día a Colonia del Sacramento. Recorrida paso a paso por el barrio histórico

Para conocer en detalle las atracciones del barrio histórico de Colonia de Sacramento, en Uruguay, el recorrido debe comenzar por la mañana. La mejor forma de hacerlo es caminando, ya que sólo así se pueden disfrutar las reliquias edilicias que trasladan al visitante a otro tiempo, donde las casas y las calles estaban hechas más a la medida del hombre.
El recorrido demanda un día completo. Hecha la advertencia, y luego de colocarse un cómodo par de zapatillas, es momento de iniciar la inolvidable caminata por la bella Colonia.
El paseo comienza en la puerta de la ciudadela, ubicada frente a la Plaza Mayor. La puerta y el puente tendido sobre el foso, los pilares de piedra, el propio fuerte y los demás muros y pavimentos conforman un notable centro de interés histórico, que todos deciden captarlo para siempre en una fotografía.
El recorrido prosigue hacia la "calle de los suspiros", con casas típicas, calles de adoquines y la espectacular vista al río. Esta es una senda peatonal, muy angosta, de piedras de cuña, donde están las casas más antiguas de la ciudad, construidas con techos de tirantería de madera dura, cañas aseguradas con tientos, barro y cubiertas de tejas. El circuito incluye la visita a locales de artesanías típicas de la antigua Colonia.
Vale la pena continuar caminando por la calle de San Pedro, hacia las ruinas y el faro, que ilumina el horizonte desde 1857, apoyado en las ruinas del convento de San Francisco, que data del siglo XVII. Los anchos y elevados muros de piedra aún se mantienen en pie a pesar del paso del tiempo. Desde la cima del faro se obtiene una vista que abarca toda la ciudad de Colonia.
Al mediodía es conveniente hacer un alto para almorzar y disfrutar de comida casera típica. El camino continúa rumbo al Museo Portugués y luego hacia el Museo Municipal, después de hacer escala en la Casa del Virrey y el Archivo Regional, dos lugares clásicos de la urbe. Al llegar el atardecer Colonia regala una imagen entrañable. Entonces nada mejor que dirigirse a la costa, a tres cuadras de la Plaza Mayor, y disfrutar el espectáculo de la puesta del sol, una verdadera delicia para el alma.