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El derecho internacional

El presidente norteamericano, George W. Bush hijo, acaba de manifestar en un discurso que "si tenemos que actuar lo haremos. No necesitamos la aprobación de la ONU para hacerlo". Estas palabras son la culminación de una escalada de declaraciones y de hechos que muestran claramente la determinación de los círculos dirigentes de los Estados Unidos de atacar Irak, despreciando las más elementales normas del derecho internacional. La guerra será en sí misma una de las mayores tragedias de la humanidad, con su secuela de decenas de miles de víctimas civiles, destrucción del medio ambiente e incalculables consecuencias, económicas y políticas, incluyendo una escalada de terror de imprevisibles límites. Pero tan grave como la guerra misma será la virtual desaparición del derecho internacional, regresando a la ley de la selva, en la cual las potencias imperiales hacen y deshacen a su antojo el mapa del mundo e intervienen donde y cuando quieren en defensa de los intereses de sus monopolios y sus grupos dirigentes. La ONU tiene indudablemente una serie de limitaciones, generadas por las propias potencias, que con frecuencia desconocen sus resoluciones y manipulan sus reuniones. Pero de lo que se trata es de fortalecer la autoridad moral y política de esta organización mediante el consenso internacional. Por el contrario, la actitud norteamericana, desconociendo definitivamente la validez de las resoluciones y acuerdos de la ONU, transformará a la misma en una cáscara vacía y con ello producirá la desaparición, de hecho, del único organismo que puede representar equitativa y legítimamente una instancia última de resolución de los conflictos mundiales.
Gustavo Gerosa, concejal del ARI