| | El cazador oculto: Mitos y leyendas de la medianoche
| Ricardo Luque / Escenario
El insomnio es una de las consecuencias no queridas de la crisis. Porque, aunque cueste creerlo, hay consecuencias queridas de las crisis. Si no pregúntenles a los psicólogos que se frotan las manos cada vez que ven entrar al consultorio a un paciente presa de una crisis de nervios. No poder conciliar el sueño, como se ve, para unos es una bendición y para otros, una desgracia. Y a los desgraciados qué otra cosa les queda salvo ver la televisión. Nada, o mejor, muy poco, también pueden leer, mirar el techo o contar ovejitas, pero la verdad es que a la medianoche, cuando dormir se hace imposible, la pequeña pantalla ejerce una atracción fatal. ¿Qué hay para ver? Si no se tiene cable, nada, y si todavía se puede gozar del lujo de ver televisión paga, ya sea pagando o colgado, bueno, ahí hay una chance de encontrar algo con que matar el tiempo de vigilia al que la crisis somete a los hombres y mujeres que habitan en suelo argentino. "Arde Troya" es una buena compañía. El programa que conduce Matías Martin por América rescata el espíritu relajado que animaba aquellas veladas descontroladas de "La TV ataca", con Mario Pergolini al frente del timón. Una de las vedetes del programa, Ricci, un dandy a la italiana que da clases de seducción, evoca a aquel Patricio Monseñor que encarnaba el baterista de Los Twist Rolo Rossini. ¿Se acuerdan? Era un chileno amanerado que fumaba en boquilla, lucía un delgadísimo bigote "carusito", se cubría la cabeza con un sombrero de capitán de barco y protagonizaba sketches bizarros de la mano de la troupe de Pipo Cipolatti. Eran los tiempos en que la guerra con "Videomatch" estaba al rojo vivo, tanto que Marcelo Tinelli abandonó los deportes y a los amigos y apostó todo o nada al humor. Algo parecido a lo que hizo "Mar de fondo" que, pese a estar en una señal especializada en deportes, se hizo fuerte gracias a Eber Ludueña, el áspero número cuatro de Douglas Haig de Pergamino creado por el rosarino Luis Rubio. Ambos ciclos se enfrentan a las noticias de cartón piedra de Santo Biasatti. Y gracias al cielo que lo hacen, porque sino sí que no habría esperanzas para el insomnio.
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