La pelea entre las cámaras de la industria frigorífica que impidió hasta el momento designar al representante del sector en la conducción del Instituto Nacional de Promoción de Carnes se resolverá con la intervención del Estado en la compulsa, según aseguró ayer el secretario de Agricultura, Haroldo Lebed.
"Los 30 días para designar a los representantes de la industria en el Instituto de Promoción de Carnes se cumplieron sobradamente y si no hay acuerdo entre las partes tomaremos intervención", explicó el funcionario antes de asistir a la cena de agasajo a los expositores de Feriagro, la exposición agropecuaria que se realiza en Junín.
"Fijaremos un plazo prudencial pero si continúa el desacuerdo vamos a intervenir porque el funcionamiento del Instituto es una necesidad nacional que está por encima de los intereses sectoriales", puntualizó el funcionario.
La formación de un instituto para promover el consumo de la carne vacuna argentina dentro y fuera del país logró el inmediato consenso de la producción y de la industria frigorífica pero su tratamiento demoró cuatro años en el Congreso y el decreto reglamentario de la ley 14 meses más.
Recién en enero pasado, el secretario Lebed pudo convocar a las entidades del campo y de la industria a designar el cuerpo directivo del organismo que funcionará con los aportes del sector privado, que aportarán alrededor de dos pesos por cabeza de ganado faenado. Esto asegura una recaudación de 24 millones de pesos anuales, sin demandar fondos estatales, al Instituto.
El sector productor designó presidente a Arturo Lavallol, de la Sociedad Rural Argentina (SRA) pero la industria, a la que por la proporción de sus aportes corresponde ocupar la vicepresidencia, todavía no nombró a su representante.
La pelea se trabó entre las grandes empresas exportadoras que se arrogan la mayor representatividad del sector e impulsan a Enrique de León Bellocq y los "consumeros", que abastecen esencialmente al mercado interno, y postulan a Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra).
La primera postura es sustentada por la Asociación de la Industria Cárnica Argentina (Aiac) que agrupa a las principales plantas exportadoras y la Federación de la Industria Frigorífica de la República Argentina (Fifra) integrada también por grandes exportadores y consumeros. A ellas se sumó luego la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), que si bien agrupa a pymes, lograría una silla en la conducción del Instituto a cambio de la adhesión.
Enfrente quedó Ciccra y la Cámara Argentina de la Industria Frigorífica (Cadif) que congregan a plantas abastecedoras del consumo interno, que también participan en el negocio de la exportación.
La diferencia de número no sirve para zanjar la discusión entre las cámaras pues la ley estipula que las designaciones de representantes deben hacerse "por consenso" de las entidades del sector.
Detrás de la Hilton
Por detrás del enfrentamiento entre las grandes plantas y las pequeñas y medianas empresas frigoríficas subyace la disputa por el reparto de la cuota Hilton, los cortes de carne de alta calidad enviados a la Unión Europea, que son la crema del negocio exportador.
El 5% de los frigoríficos exportadores concentra el 75% de la cuota Hilton y las pymes advierten que si se otorga el control del Instituto a los grandes, crecerá la concentración sin aumentar el volumen de las exportaciones. Como prueba señalan que, con la hegemonía de las grandes plantas, en las últimas décadas el rodeo bovino bajó de 60 millones de cabezas a menos de 50 millones, las exportaciones cayeron por debajo de las 350 mil toneladas y el consumo interno paso de 97 a 59 kilos por habitante/año.