Mientras el cultivo no cesa de ampliar sus horizontes, con una campaña que avizora crecimiento en hectáreas pero más aún en producción, la soja busca ajustes en su adaptación a ambientes cada vez más complejos y también promueve un replanteo de las condiciones nutricionales del suelo, a partir de la intensificación de la agricultura.
En este marco, la red de evaluación de cultivares que encabeza el Inta amplió el alcance regional de sus ensayos para seguir aportando respuestas.
La cosecha sojera se pone en marcha en la región pampeana con indicios preliminares de rendimiento que oscilan entre 30 y 35 quintales y las proyecciones a nivel nacional perfilan un incremento de superficie de alrededor de un millón de hectáreas respecto a los 12 de la campaña anterior. En cuanto a producción, las expectativas aún son mejores: cerca de 34 millones de toneladas frente a los 29,5 del año pasado.
El excelente estado de los cultivos en la zona núcleo (sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba, norte de Buenos Aires) mucho tiene que ver con estas cifras. "Ha sido una campaña muy buena fundamentalmente por las lluvias de octubre, noviembre y diciembre, que permitieron una excelente recarga del perfil, y enero con precipitaciones reducidas que se reiniciaron en febrero", destacó Héctor Baigorri, técnico del Inta Marcos Juárez, quien agregó que esta situación será muy bien aprovechada por la mayor cantidad de ciclos cortos -predominantemente grupos IV- que se han sembrado.
"Fuera del área núcleo hay también zonas que están en muy buen estado, mayormente por influencia de napa, más precisamente en el noroeste de Buenos Aires, sur de Santa Fe, extremo sur de Córdoba y noroeste de La Pampa pero también hay otras un tanto comprometidas por las temperaturas de enero y el stress hídrico", puntualizó.
Estas últimas abarcan un área importante de la provincia de Tucumán, en el límite Chaco-Santiago del Estero, centro oeste y sudoeste de Córdoba, parte de La Pampa y sur de Buenos Aires donde no hay aporte de humedad proveniente de napa y con escasas lluvias a partir de enero.
Todo terreno
El permanente crecimiento de la superficie sojera en Argentina motivó que la Red Nacional de Evaluación de Cultivares de Soja que conduce el Inta agregue nuevos puntos estratégicos para realizar ensayos en conjunto con criaderos, facultades de agronomía, y chacras experimentales.
La ampliación del último año alcanzó a Salta, este de Santiago del Estero, y este y oeste de Córdoba. "Se está reclamando cada vez más precisión en las recomendaciones y es por eso que se agregan cada vez más sitios para evaluación, esta expansión del cultivo nos ha obligado a ampliar la cantidad de ensayos, hoy tenemos 62 localidades con ensayos a nivel país, hay a disposición para aprender a usar más de 100 variedades y se están conduciendo ensayos de grupos de madurez y fecha de siembra en 28 sitios del país, en su mayoría experimentales del Inta", describió Baigorri.
"En el área de influencia de la estación agropecuaria Marcos Juárez este año también se está superando la cantidad normal de ensayos, con 12 localidades a lo cual hay que agregar la red de franjas que conduce el Area de Desarrollo Rural de la EEA en combinación con Cambio Rural, hay que contar unos cuarenta sitios de ensayos en el área de influencia", agregó el técnico, quien explicó que en el próximo invierno ya se dispondrá de una importante oferta de información.
La soja devuelve
Disponible el cúmulo de novedades anuales sobre variedades, grupos de madurez y fechas de siembra, entre otras cosas, hay ajustes de manejo del cultivo como el rescate de la rotación que serán imprescindibles para la mejora de rendimientos y, lo más importante, para la reposición de nutrientes del suelo.
Ya no se deben analizar las necesidades nutricionales de un solo cultivo sino de los que integran la secuencia, y si hace un año la pregunta era si achicar o no el paquete tecnológico de acuerdo a una economía en la peor de las incertidumbres y números sin cerrar, ahora las dudas no tienen lugar.
Baigorri apuntó que "para manejar el cultivo de soja el punto de partida es la caracterización del ambiente de producción, y mejorando el ambiente estamos mejorando la producción no solo de soja sino de todos los cultivos que participan en la rotación".
Esto es importante especialmente en la zona núcleo ya que "aprovechando los buenos resultados y el afianzamiento de la siembra directa, las rotaciones adecuadas y del uso de fertilizantes y el crecimiento de la superficie del maíz, es una buena oportunidad para devolverle al ambiente de producción parte de lo que nos hemos venido llevando a través de muchos años".