U. G. Mauro / La Capital
"Actuar en el cierre del ciclo «Rosario bajo las estrellas» va a ser muy emocionante porque dejo de tocar con Lito Vitale, con quien compartí una experiencia fantástica, y porque vuelvo a tocar en la ciudad. También, porque -esto es algo absolutamente mío que me mata-, el sábado se cumple un año de la muerte de mi viejo, que estuvo al lado mío la última vez que anduve por el anfiteatro", confesó a La Capital Juan Carlos Baglietto, quien junto al tecladista Lito Vitale ofrecerá hoy, a las 21.30, en el Anfiteatro Humberto Municipal Humberto de Nito, el espectáculo "La despedida", que marca la separación de este dúo. En caso de mal tiempo el recital se posterga para mañana a la misma hora y escenario. -¿Qué los llevó a separarse? Baglietto: No nos separamos por estar peleados o algo por el estilo sino porque queremos hacer otras cosas. Pensamos que está bien que cerremos una etapa que se extendió mucho tiempo, y en la que cada uno dejó su carrera solista al costado para dedicarse a esto. Vitale: Por mi parte creo que esto es una experiencia notable que se cierra de común acuerdo. Esto no implica en absoluto que nunca más vayamos a trabajar juntos. Es probable que dentro de un par de años, si así lo sentimos y necesitamos, nos volvamos a juntar para algo. -¿Qué va a tener de especial está despedida? V.: La idea es tocar los temas que hacemos habitualmente, pero ampliar la propuesta a cosas que hacíamos al principio y que por bastante tiempo dejamos de tocar. B.: Venimos con Lucho González acompañándonos en guitarra y por supuesto algún plus que no puedo evitar agregar cuando toco en Rosario, un lugar en el que no quiero hacer un show común más. Esta vez, a costo nuestro, llevo faroles, cosas para sumar...Es cierto que hay como una cosa de mayor presión. -Ya que se despiden, ¿no piensan dejar picando en la gente alguna última novedad? V.: No, para nada, sólo vamos a recordar cosas que hace mucho que no tocamos. -¿El público de Rosario les exige más a los artistas de la ciudad? B.: No sé si es así, pero más allá de que exijan o no, a mí me pasa que cuando toco en Rosario siento que tengo que dar más. Pero es una cosa mía, no sé que le pasa a los otros músicos. Es raro, pero muchas veces uno se baja del escenario y dice «esto fue una cagada» mientras la gente te aplauda y felicita. -¿Qué sigue a partir de ahora en sus respectivas carreras individuales? B.: Antes que en lo musical te digo que, aunque todavía no firmé el contrato, voy a actuar en una comedia musical encarnando al aviador, a Antoine de Saint Exupery, en "El Principito". En serio (risas), voy a actuar, pese a que nunca tuve un acercamiento demasiado serio con la actuación. Supongo que es lo que voy a hacer, porque aunque todo está bastante avanzado, todavía, reitero, no firmé el contrato. Es algo que me tira mucho. Por supuesto, paralelamente a esto me gustaría poder trabajar en algún disco nuevo. V.: Desde hace unos meses he vuelto a trabajar con mi quinteto y tengo la intención de grabar un disco. También estoy preparando una serie de presentaciones en Europa. -¿Es cierto que les quedó archivado un disco rockero que no va a salir? B.: No. Teníamos pensado hacer algo así pero muy a largo plazo. V.: Antes dijimos que, en una de esas, dentro de algunos años nos juntamos de nuevo. Posiblemente ese disco se haga en ese momento, pero en realidad desde que lo dijimos no llegamos ni a pensar el repertorio". -¿Cuáles fueron las experiencias más importantes que cada uno extrajo de este trabajo conjunto? B.: Fueron muchas. Nos pasaron cosas importantes en nuestra relación con el público. Hicimos una gira nacional solidaria en la que recorrimos un montón de ciudades, y lo que se recaudaba iba íntegro a tratar de achicar las grandes falencias que tenían muchas escuelas públicas muy pobres. Eso me gratificó mucho porque es bueno dejar de mirar a un costado y hacer algo. Otra cosa grossa fue la polémica que generamos en los ambientes del tango y el folclore con nuestra visión de esos géneros. Recuerdo que la primera vez que fuimos a Cosquín dijeron cualquier barbaridad. Eso fue como una bisagra para nosotros y creo que armamos bastante quilombo con eso. -¿Esta desvinculación implica un retorno a alguna compañía grabadora grande o continuarían siendo independientes? V.: En mi caso seguiría siendo independiente. Yo ya tengo armado Ciclo 3 que es mi propio sello grabador y que funciona siempre en el estudio La Casita de Mis Viejos. B.: Tengo la suerte de que se me acercaran tres compañías a preguntarme qué iba a hacer de mi vida después de esto y si quería grabar. Siempre es halagador que te busquen y te tengan en cuenta, pero en realidad no sé bien qué voy a hacer, porque yo ya era un músico independiente antes de relacionarme con Lito, y estos años con él me terminaron de marcar.
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