Año CXXXVI
 Nº 49.781
Rosario,
viernes  14 de
marzo de 2003
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Audaz golpe de una pareja de ladrones en un estudio jurídico
Fue en barrio Martin, a tres cuadras de la seccional 1ª. Se llevaron 2.500 pesos

A cara descubierta y con una frialdad impactante. Así, como suelen hacer los hampones profesionales, dos hombres armados con revólveres de grueso calibre y a cara descubierta tomaron por asalto un estudio jurídico de barrio Martin y se llevaron casi 2.500 pesos entre dólares y moneda argentina, tres celulares y hasta los documentos de las víctimas. El atraco ocurrió a plena luz del día, a tres cuadras de la seccional 1ª, y duró casi quince minutos durante los cuales el dúo se movió con tranquilidad mientras sus víctimas quedaban maniatadas y acostadas en el piso de una de las oficinas.
Nadie resultó herido ni golpeado. "No tuvieron necesidad porque no nos dieron tiempo de nada. Quedamos shockeados. No ejercieron violencia física, pero sí nos dejaron mudos", recordó el abogado Enrique Carlos Whiteman, representante del estudio ubicado en Zeballos 315. El martes a las 17.15, además del letrado, que hablaba por teléfono en su oficina, se encontraban allí su secretario y un cliente. Estos últimos permanecían en la parte delantera del local, donde hay una pequeña sala de espera.

Con información
A la hora mencionada tocaron el portero eléctrico dos hombres que dijeron acudir por un problema que tenían con una empresa de telefonía celular. La coartada era buena, porque ese estudio representa a una compañía de teléfonos móviles para la cual realiza todas las gestiones legales para el cobro a deudores morosos. "Estas personas dijeron que venían para arreglar un pago para la telefónica y por eso el empleado los hizo pasar", comentó Whiteman. Parecían adultos, lucían cabellos cortos y eran de tez morena.
Porque apenas entraron a la sala de espera, y mientras el empleado volvía a acomodarse delante de una computadora, uno de ellos desenfundó un revólver 38 Special, lo tomó por el cuello y se lo llevó para el fondo. "Tranquilo, queremos la plata y nada más", gritó el maleante. Su cómplice, en tanto, redujo al cliente. Whiteman estaba en su escritorio hablando por teléfono cuando de golpe se abrió la puerta y aparecieron los delincuentes con las dos personas encañonadas. "Colgá", le ordenaron, apuntándole a la cabeza.
A continuación, los maniataron con precintos de plástico y comenzaron a revisar escritorios y cajones. "Sabemos que tenés el dinero", dijo uno de los ladrones con voz serena.
Whiteman les explicó que no había efectivo y que lo recaudado en el día ya había sido depositado. En ese momento hallaron 60 pesos en un cajón y uno de ellos reaccionó: "Vos me estás cargando". Entonces, para evitar represalias el abogado decidió entregar su billetera, en la que tenía 290 pesos. El ladrón ni se tomó el tiempo de sacar el dinero y guardó la cartera en un bolsillo. "Por favor, aunque sea devolveme los documentos", le suplicó el letrado, a lo que el maleante le respondió, siempre en un tono pausado: "Tranquilo, te la voy a devolver cuando vaya a visitarte".
La requisa por todo el lugar continuó sin prisa, pero sin pausa. Hasta que los ladrones encontraron dos maletines de Whiteman, uno sin la combinación y otro cerrado. Como si olfatearan el dinero adentro, eligieron el que estaba trabado. "A este, lo abro en mi casa", anunció el hombre que llevaba la voz cantante. El portafolio contenía en uno de los bolsillos internos 700 dólares de los ahorros personales del abogado, que quedó petrificado al ver cómo se llevaban la valija y el producto de su trabajo.



Carlos Whiteman permaneció maniatado en su oficina. (Foto: Daniel Carrizo)
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