Año CXXXVI
 Nº 49.781
Rosario,
viernes  14 de
marzo de 2003
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Destacan el rol tutelar del Estado en el sistema educativo
"Hay mucha simulación entre los defensores de la escuela privada"
El profesor Ovide Menin afirmó que los colegios sin subsidios son los auténticamente particulares

Isolda Baraldi / La Capital

El profesor universitario Ovide Menin, especialista en educación y con más de 50 años de experiencia docente, dejó sentada su posición en la polémica que se abrió a raíz de los topes en las cuotas de las escuelas privadas subvencionadas por el Ministerio de Educación provincial. Sin pelos en la lengua, Menin afirmó que "existe una gran simulación", entre los defensores del sector privado. "Aquellas que no reciben un peso del Estado son auténticamente privadas; las otras, no", afirmó. En el mismo sentido se mostró de acuerdo en que el Estado cumpla un rol tutelar en la convivencia de ambos sectores educativos. Más aún, el catedrático llamó a promover un debate público sobre el funcionamiento del sistema, en el que conviven lo público y lo privado. "Que participen todos los sectores y las personas que tengan claridad. Esto no es un problema de un ministro", apuntó.
La semana pasada el Ministerio de Educación santafesino hizo pública una resolución por la que se puso límites a los aranceles que deben cobrar las escuelas privadas que reciben subvenciones estatales para pagar los sueldos docentes. De este modo definió que los establecimientos que reciben el ciento por ciento de los subsidios salariales no pueden cobrar más que 38 pesos.
-Por primera vez en años quedó abierta la discusión de la relación entre los subsidios del Estados y las cuotas o aranceles que pueden cobrar los colegios privados. ¿Qué reflexión le merece?
-Yo parto de una o dos ideas básicas. En países como los nuestros donde la convivencia entre la educación pública y la privada tiene una historia, entre comillas pacífica, el Estado debe tutelar. En esta convivencia están los grupos, a los cuales adhiero, que defienden la educación pública, estatal y no confesional, pero que son respetuosos de la confesionalidad de cada uno. Desde ese principio, el Estado, que es favorable a esta convivencia del doble sistema, debe ser regulador. Esta conducta es inevitable, sino qué hace el Estado respecto de los intereses privados y los públicos. Estoy de acuerdo, en términos generales, que se pongan límites, es evidente que en algunos casos se han extralimitado. Si no lo hiciera, no defendería sus propias escuelas, las arrojaría a la competencia no siempre leal de los intereses particulares. La actual medida es buena, pero hay una doble lectura, y es preguntarse en razón de qué lo hace.
-¿Qué cree usted?
-Siempre hay que analizar, la medida en la superficie aparece muy bien, el Estado cumple su función reguladora. Pero el tema es complejo y merece un debate abierto de la sociedad, donde discutan de igual a igual los que adscriben a lo privado y los que adscriben a lo público y esa triangulación la tiene que hacer el Estado. Obviamente deben participar las personas que tengan claridad, esto no es resorte de un ministro solamente. Tienen que opinar los padres, los supervisores, los especialistas.
-Usted brega por la tutela estatal. ¿Incluye lo académico y lo económico o no?
-El ideal sería que las privadas operaran siempre de la misma manera. Es decir aquellas que no reciben subsidios del Estado, con lo cual son auténticamente privadas, se autorregulen y consensúen la cuota. Pero aquí se evidencia la simulación. Una cosa es lo auténticamente privado y otra la simulación de la defensa de los intereses privados. Insisto en la simulación porque si hay escuelas que reciben el ciento por ciento de ayuda estatal y no cobran cuotas, porqué no todas proceden igual, o sea sin exigir un arancel. Si no se hace así, los señores hacen una oferta educativa que aplasta a la escuela pública. Por el contrario, una institución como la Escuela Ghoethe puede cobrar lo que quiere porque es para una elite y además no recibe un peso del gobierno, eso es auténticamente privado. Hay privadas que son para una elite y otras también privadas casi marginales.
-¿No cree que también en la escuela pública existe esta diferencia? Es decir aquellas que tienen prestigio, generalmente ubicadas en el centro de la ciudad, y las periféricas que en muchos casos no tienen ni siquiera baños.
-Claro que es así, es lo que tiene que resolver el Estado. Aquello que se llama el mantenimiento de la capacidad instalada, el mantenimiento de los recursos, de los insumos para el aprendizaje. Están los colegios a los que asiste la clase media, que aún tiene solvencia, e incluso la clase media alta por principios, que no están en iguales condiciones a las de Empalme Graneros. Esos son los problemas que debe abordar el Estado.
-¿Hay modo de evitar esta inequidad?
-En la estructura social en la que se desenvuelve este país no podemos evitar que haya grupos elitistas. Lo que podemos hacer es equilibrarlos.
-¿Se perdió el derecho a la educación igualitaria?
-En una sociedad dividida tan violentamente en clases sociales, uno lucha para emparejar y para igualar aquello que se llama igualdad de oportunidades, que en la práctica no existe. Estos son los compromisos que debe tener un Estado, sobre todo si se pronuncia como progresista, democrático y equitativo. De todos modos aclaro que estas son consideraciones generales porque habría que hacer un estudio con mucha calma y muy preciso acerca de todo el sistema educativo.



"Esto no es sólo problema de un ministro", dijo Menin. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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