El director del Museo de la Memoria de Rosario, Rubén Chababo, se apresta a iniciar su primer año de gestión, luego de que ganara el cargo por concurso de antecedentes. Y las actividades del museo comienzan a toda máquina justamente en el mes de un nuevo aniversario de la última dictadura militar, el 24 de marzo de 1976. El flamante funcionario señaló que el objetivo es sacar a la luz el horror del pasado, pero se hará eje "en los espacios luminosos que hubo en medio de la oscuridad". Chababo resaltó que este museo es único en Latinoamérica, ya que está administrado por el municipio y abierto a toda la comunidad. El Museo de la Memoria de Rosario (Aristóbulo del Valle y Callao, ex estación Rosario Norte) sigue las pautas de trabajo de la Unesco, que se basa en tres instancias: la investigación, la preservación y la transmisión de los contenidos. "Aquí trabajamos fuertemente sobre el terrorismo de Estado que se vivió en en la década del 70, en Argentina y en particular en Rosario. Se intenta crear conciencia sobre la peligrosidad de la pérdida de las garantías y los derechos constitucionales", afirmó Chababo. El funcionario admitió que no es sencillo abordar una problemática tan traumática como lo fueron los años de plomo. "Estamos hablando de la desaparición física de personas, de tortura, de censura, de quema de libros, en fin, todas situaciones dolorosas, y las sociedades que han atravesado estas experiencias se toman un tiempo para asimilarlas", reflexionó. Sin embargo, Chababo hizo hincapié en que el espíritu de su gestión es mostrar y sacar del olvido los pequeños actos heróicos de distintos sectores de la sociedad que se resistieron "a la barbarie". "Se puede contar la historia de la quema de libros y también de aquellos que escondieron y guardaron los libros. Porque se pueden rescatar los espacios luminosos que se crearon en la oscuridad", subrayó. Además, recalcó que el museo está abierto a todas las organizaciones no gubernamentales y también a las personas que quieran aportar al patrimonio que se está almacenando en las instalaciones de la ex estación Rosario Norte. "Vivimos en una ciudad que está plagada de sitios donde ocurrieron hechos trágicos, una ciudad marcada por la barbarie, y hay mucha gente que tiene historias, relatos personales y colectivos, que se acercan aquí a aportar objetos o sus propias experiencias", ejemplificó el funcionario. De este modo, se están grabando relatos personales y colectivos, y además almacenando libros, fotos, folletos y documentos de la época. "Tenemos pocos recursos, como todas las reparticiones en general, pero hay mucha voluntad de trabajo, y entusiasmo", dijo Chababo.
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