Jorge Salum / La Capital
"Parece un rompecabezas", dijo un detective de la Brigada de Homicidios cuando terminó de reunir las partes de un cadáver de mujer encontrados en dos quintas al sur de la ciudad el 12 de marzo de 2002. El paso del tiempo le dio la razón porque hoy se cumple un año del hallazgo y todavía no se sabe quién fue esa mujer y mucho menos quién la mató y la cortó en pedazos. Un quintero llamado Hildo Riberi fue quien encontró el cráneo y dos brazos en una bolsa oculta en unos matorrales, cerca del cruce entre las avenidas Uriburu y Circunvalación. El mismo día la policía halló cerca de allí más huesos y ropas de mujer gracias al reporte de un llamado anónimo. Por las prendas y otros detalles, como el cabello adherido al cráneo, los investigadores enseguida se dieron cuenta que se trataba de una mujer. También comprendieron, sin necesidad de muchas pericias, que el cuerpo había sido trozado con un serrucho. Pero junto a los restos dispersos no encontraron ningún indicio que permitiera saber de quién se trataba. El hallazgo de una cadena de metal blanco alrededor de la base del cráneo no aportó ninguna pista. Tampoco las prendas, que estaban irreconocibles, ni dos hebillas tipo invisibles encontradas junto al cráneo. En el lugar donde estaban los restos no había huellas ni nada que pudiera servir como indicio para desentrañar el misterio en torno al cadáver. Una semana antes, una mujer había denunciado a la policía la desaparición de su hermana. Cuando se enteró del hallazgo pensó que podía tratarse de ella y se lo dijo al juez que investiga el caso, Carlos Alberto Carbone. El magistrado ordenó entonces una serie de pericias con la esperanza de identificar de una vez a la víctima, pero los forenses compararon los huesos encontrados con unas radiografías de la mujer desaparecida y dijeron que no es ella. Como la mujer insiste que puede tratarse de la hermana, ahora Carbone pedirá un examen de ADN de los restos para ver si se trata de la desaparecida o descartarlo definitivamente. Pero los expertos con los que habló el juez ya anticiparon su escepticismo y de ese modo dispararon nuevos interrogantes en torno al misterio todavía no resuelto de la identidad de la mujer muerta. "Investigamos hasta donde pudimos y no encontramos nada", dijo casi con desilusión el juez Carbone a este diario. Con la misma desazón admitió que si no llega a ser la única mujer que buscan, no tiene ninguna pista para avanzar en otras hipótesis. "Fuera de esta denuncia, nadie reclamó el cadáver ni aportó datos que nos ayudaran a saber quién es y qué pasó con ella", dijo el magistrado.
| Los restos aparecieron en dos quintas al sur de Rosario. | | Ampliar Foto | | |
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