Buenos Aires.- El ex policía federal Juan de Dios Velaztiqui fue condenado a la pena de prisión perpetua por el asesinato de Adrián Matassa, Maximiliano Tasca y Cristian Gómez ocurridos en diciembre de 2001 en una estación de servicios del barrio porteño de Floresta. Para los jueces del Tribunal Oral Federal número 13, Velaztiqui fue culpable del delito de "triple homicidio calificado por alevosía".
La sentencia fue recibida entre lágrimas y alegría por los familiares y amigos de los jóvenes asesinados que siguieron el caso desde las escalinatas de los Tribunales porteños cantando consignas como "¡Se siente, se siente, los pibes están presentes!" o "¡Atención, atención, no es un policía es toda la institución!", en referencia hacia la Policía Federal.
Al ser condenado a prisión perpetua, y no a reclusión, Velaztiqui estará en condiciones dentro de siete años, cuando cumpla 70, de pedir el arresto domiciliario, beneficio al que podría recurrir inclusive antes si tuviera problemas de salud graves.
Familiares y amigos de los tres chicos asesinados demostraron con gritos y llantos su satisfacción por la condena reunidos frente a la sede tribunalicia de Lavalle 1171. "Que se pudra en la cárcel. A mis amigos no me los devuelve nadie, pero este fallo nos hace creer en la Justicia", dijo uno de los amigos de las víctimas.
Velaztiqui, de 63 años, llegó a esta etapa final del juicio con un pedido de reclusión perpetua por parte de la fiscalía y las querellas y el reclamo de su absolución planteado por su defensa. En tanto, el Tribunal no dio lugar al pedido de la fiscalía de la apertura de una causa por falso testimonio y encubrimiento contra el subcomisario Miguel Angel García y el subinspector Diego Almada, quienes tuvieron a su cargo la investigación.
Tampoco fue aceptada la solicitud del fiscal Julio César Castro respecto de la tentativa de homicidio a Enrique Díaz (el cuarto joven que afortunadamente logró escapar del minishop donde ocurrió la tragedia) por parte de Velaztiqui.
El juicio abarcó siete jornadas en las que declararon testigos clave del crimen como la encargada del minishop donde se cometió el hecho, Sandra Bravo, y el sobreviviente Enrique Díaz.
También fueron de relevancia los testimonios prestados por el subcomisario García y el subinspector Almada, y un médico que atendió a Matassa horas previas a su muerte.
Lo imborrable
El triple crimen ocurrió el 29 de diciembre de 2001 en una estación de servicios ubicada en Bahía Blanca y la avenida Gaona, del barrio de Floresta. Allí, cuatro amigos miraban por televisión imágenes en las cuales varios manifestantes golpeaban a un policía en Plaza de Mayo, tras un cacerolazo en las horas previas a la renuncia del entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá.
En esas circunstancias, según distintos testigos, Tasca, de 23 años, comentó: "Está bien; eso es por lo que hicieron ustedes la semana pasada".
Al escuchar la frase de los amigos, Velaztiqui reaccionó y dijo: "Hasta acá; basta", extrajo su arma y tiró contra los muchachos.
Cristian Gómez, de 25 años, y Maximiliano Tasca murieron en el lugar, mientras que Adrián Matassa, de 23, falleció horas después en el Hospital Alvarez y el único que pudo escapar corriendo fue Enrique Díaz.
Al salir del Tribunal, Enrique Matassa, padre de uno de los jóvenes asesinados, dijo estar "en paz porque se ha hecho justicia", aunque se lamentó de que "a este hombre lo sentenciaron pero nuestros chicos no vuelven más". Por su parte, Oscar Tasca consideró que "este fallo es muy importante para yoda la gente que tiene distintos casos parecidos, para que luche y no baje los brazos".
"Tuvimos suerte de tener tribunal de máxima excelencia empezando por el fiscal" prosiguió y proclamó que "este tribunal demostró que todavía hay justicia en Argentina a pesar de que está tan vapuleada".
Por su parte, Angélica, madre de Cristian, sostuvo que esta sentencia "es lo que esperaba hace 14 meses, hasta ahora tuve una vida deshecha y ahora tenemos que empezar de vuelta..." y se esperanzó con que "esta alegría nos va a dar pie para volver a ser una familia".
Finalmente, Silvia Irigaray, madre de Maximiliano, celebró que "la Justicia no está muerta: se los digo a las mamás de los muertos por el gatillo fácil" y refiriéndose a Velaztiqui le deseó que "viva muchos años así va a poder disfrutar lo que le regalaron los jueces". (Télam/DyN)