Rodolfo Montes / La Capital
"Por favor comunicame con Alfredo (Bravo)", le indica Elisa Carrió a su jefe de prensa, ni bien ingresa a su departamento, estudio y comando de campaña del ARI, en el barrio Norte de Buenos Aires. Lo quiere felicitar y compartir la alegría por un pronunciamiento de la Justicia que pone al viejo maestro muy cerca de la banca de Senador que disputa en tribunales con Gustavo Beliz. Sin embargo, a esa misma hora y en otra ciudad, el candidato del Partido Socialista está diciendo que "Carrió se corrió a la derecha". La Capital es testigo deliberado de la indicación de Lilita, y tendrá en exclusiva la explicación emocional, aunque no política, de un gesto que acerca a dos amigos que hoy transitan veredas distintas. "A pesar de que Alfredo me agravia en estos días con sus dichos, yo estoy feliz porque la banca de senador de la Alianza ARI de Capital Federal quedará en manos de Alfredo Bravo y confío que la expresará cabalmente". Minutos después Carrió yace en su sillón favorito. Pide un cigarrillo, lo enciende, lo pita tres veces y muy rápido lo apaga. Recién después se entrega a su pasión: hablar de política. La jefa del ARI se dispone a disputar el último tramo de la batalla electoral, y como siempre, le sobra confianza. Repite una vieja convicción: "Voy a una segunda vuelta electoral contra Carlos Menem". Muy atrás quedaron los contactos con Luis Zamora y Néstor Kirchner, en algún momento impulsando juntos la caducidad de todos los mandatos. Hoy va a las urnas acompañada por Gustavo Gutiérrez -un compañero de ruta en la "lucha contra las mafias", dice Lilita-. El ARI busca abrir de este modo el espacio de centro-izquierda hacia otras latitudes electorales. Si bien mantuvo el programa político original, la llegada de un miembro del conservador Partido Demócrata de Mendoza, reposiciona la formula en el imaginario de los electores. -¿Cómo llega a este tramo de la campaña? -Si no hay fraude, nosotros estamos en la segunda vuelta. Todas las encuestas serias así lo señalan. El oficialismo tiene un candidato (Kirchner) al que hacen aparecer primero en las encuestas. Ahora digo ¿cómo puede estar primero en el país si no gana en ningún distrito?. Resulta que yo estoy primera en Santa Fe y en Capital Federal y segunda en el Gran Buenos Aires, pero resulta que estoy cuarta... Parece un chiste (risas). -¿Por qué eligió Rosario para lanzarse? -Elegí Rosario porque amo a esta ciudad. Tiene un significado muy profundo. El Litoral, Rosario, San Nicolás, son lugares especiales para mí. -¿Eligió la ciudad donde gobierna Hermes Binner, hay alguna relación? -Está todo bien. Con el intendente Binner me interesa preservar una buena relación política, más allá de que en estas elecciones llevemos distintos candidatos. -¿Usted va a apoyar e impulsar en Santa Fe la candidatura a gobernador de Binner? -Nosotros vamos a hacer todo lo posible para apoyar a Binner para la gobernación. -¿Cuál será la idea fuerza que desarrollará desde Rosario para el tramo final de su candidatura? -Si esperan planteos sorpresivos, no los habrá. No nos interesa ser una sorpresa, y además no estamos en el mercado de los votos, ni tenemos estrategias para seducir electores. El ARI se plantea reafirmar un compromiso con el pueblo que viene desde mucho tiempo. -¿Seguirá trabajando la campaña con el mismo tono que lo hizo hasta hoy? -Sí, porque además nos está yendo muy bien. Me resisto a venderme publicitariamente como un jabón. No verán campaña publicitaria ni grandes actos del ARI. Somos nosotros, el partido, nuestro testimonio y nada más. El contacto directo con la gente nos permitió reafirmar algunos conceptos de nuestra plataforma, como el del ingreso ciudadano y reconstrucción de la familia a través de las mujeres, así como también nos posibilitó corregir algunos errores en nuestros planteos. La democracia es escuchar mucho y hablar poco. -¿Qué es lo más interesante que le dice la gente del pueblo? -La conversación acerca de los miedos mutuos. La gente tiene miedo por su situación y también por una, en tanto candidata. Tiene miedo a no tener futuro, tiene miedo a la traición, a que se rompa el compromiso de la palabra, a que las mafias no me dejen gobernar. La sociedad argentina está profundamente afectada por el miedo y en la medida que lo puede reconocer, hablar y pensar como un problema, empieza a resolverlo. -Casi como una técnica psicoanalítica. ¿Qué aparece como resultado? -Aparece la fortaleza en la esperanza, la idea de que los buenos valores se pueden imponer sobre los disvalores, que se puede recomponer la palabra. Y también que un candidato a presidente es un ser cotidiano, cercano, que no está exento de debilidades. -¿Después de los hechos de Catamarca, se puede pensar un 27 de abril a salvo del fraude? -No. En la interna radical hubo fraude, en el PJ no pudieron ni hacerla. Y además Duhalde rechazó una propuesta concreta del embajador de Brasil para instalar el sistema electrónico de votación que despeja toda posible manipulación fraudulenta. Entonces es el propio gobierno argentino el que está pensando conducir el proceso eventualmente a través del fraude. El presidente Duhalde le dijo a un país amigo como Brasil "yo no quiero el sistema electrónico de votación", están pensando que si no sale como ellos quieren, entonces pueden confundir el proceso electoral. -¿Cómo cree que tomará la sociedad este insólito escenario electoral con tres boletas de origen justicialista y un radicalismo disminuido y sin incidencia? -El 19 y 20 de diciembre fueron el gran big band para los partidos políticos tradicionales. Algunos van a la atomización y desaparición y otros quedaron valcanizados, rotos en fracciones sin retorno. La sociedad tiene que tomarse su tiempo para reflexionar, pensar quiénes somos, y quiénes queremos ser, en definitiva el debate por la identidad que se expresará finalmente en dos candidaturas, la de Menem y la mía. Ni Kirchner ni López Murphy resuelven la cuestión de la identidad de nuestro pueblo. -Cuando habla de identidad, ¿qué aporta a la identidad de su fórmula Gustavo Gutiérrez, un hombre que proviene de un partido de centro-derecha? -Gustavo hizo desde la centro-derecha lo que no hizo la izquierda: enfrentarse al sistema financiero. Y está pagando los costos. Con Gustavo transitamos juntos la adversidad, las amenazas a nuestras familias. Tenemos una hermandad fundada en la lucha contra las mafias, no es una amistad y nada más. Somos como aquellos compañeros que estuvieron muchos años presos en los tiempos de la dictadura, mantienen una hermandad y no importan si se frecuentan o no.
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