Ian Timberlake
A bordo del Kitty Hawk. - Al menos 30 barcos de guerra con capacidad para bombardear Irak con misiles de largo alcance Tomahawk ya están en la región del Golfo, indicó el jefe de uno de los grupos navales estadounidenses. "El número de misiles Tomahawk a disposición del general Tommy Francks y sus hombres es importante", afirmó el vicealmirante Matthew Moffit, jefe del grupo de batalla del que el portaaviones Kitty Hawk es nave insignia. Con su llegada a la región a finales de febrero la marina estadounidense ya tiene cinco de estas grandes naves en la región. Tommy Franks es el comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses, que incluyen 70 barcos de guerra en el Golfo además de las ingentes fuerzas de tierra, principalmente en Kuwait. El vicealmirante Moffit estimó que unos 30 barcos de guerra con capacidad para disparar Tomahawk surcan actualmente las aguas de la región, subrayando que estos misiles de crucero con 1.600 km de alcance serían realmente un elemento crucial en un ataque contra Irak. Los misiles Tomahawk fueron usados por primera vez en la guerra del Golfo en 1991. El portaaviones Kitty Hawk, como todas las naves de su clase, es apoyado por varios navíos, entre ellos el destructor McCain y el crucero Cowpens, ambos aptos para disparar los Tomahawk. Los aviones que transporta el Kitty Hawk ya se unieron a otros aparatos basados en la región para garantizar el respeto de la zona de exclusión aérea al sur de Irak. En menos de un mes, esta zona, que estaba patrullada por un portaaviones, pasó a estar protegida por tres, aunque el vicealmirante Moffit afirmó que los bombardeos no deben considerarse una preparación para la guerra. "Hemos tenido suerte en nuestras operaciones de reconocimiento al sur de Irak. No hemos perdido, a mi entender, ningún avión en doce años y creo que esto no cambiará en el futuro", añadió el jefe militar. El vicealmirante Moffit se hizo cargo del grupo Kitty Hawk el mes pasado. Procedente de su base en Yokosuka, en Japón, el Kitty Hawk es el único grupo naval que se mantiene de forma permanente fuera de Estados Unidos, un estatus que le da mayor disponibilidad con respecto a otras unidades, que realizan misiones de seis meses y después pasan otros 18 alternando descanso y entrenamientos. "El Kitty Hawk no funciona así. Nosotros siempre estamos listos para la acción. Es nuestro trabajo", concluyó Moffit. (AFP)
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