Daniel Leñini / La Capital
Además de limitar a 38 pesos la cuota de los colegios privados que reciben del Estado el total de los sueldos docentes (en Rosario son 160), el Ministerio de Educación ajustó también los aranceles de aquellos que gozan aportes parciales. Los establecimientos con una ayuda estatal del 80 por ciento de los salarios podrán solicitar una cuota "voluntaria" a los padres de hasta 45 pesos; los que alcanzan un 70% deberán cobrar hasta $55; los que reciben el 60%, $65; y los de 40%, 75 pesos. Aquellos colegios que funcionan sin subvención (poco más de 70 en Rosario entre jardines, primarias, institutos y medias) "no tienen ningún tipo de limitaciones", precisó a La Capital el director de Enseñanza Privada del ministerio, Vicente Serra. El funcionario opinó que "mal podría el Estado poner límites a aquellos establecimientos que no recurren a él". Los nuevos valores implican un ajuste para abajo de las cuotas cercano al 20 por ciento (varía según los casos) con relación a los que rigieron en la última década, y por el momento se desconoce con certeza si los colegios lo aceptarán. En las últimas 48 horas los directivos de los colegios (administradores, representantes legales) siguieron masticando el disgusto por las resoluciones que Miguel Sedoff, por ejemplo, de la Federación Santafesina de Instituciones Educativas Privadas (Fesaiep), calificó como "un golpe en el ojo para muchos establecimientos, que vienen con las cuotas congeladas desde 1993". Que "los funcionarios vienen por la llave de las escuelas", o que "este es el plan de gestión que recomienda el Banco Mundial para Santa Fe", o que "lo hicieron a propósito, a tres días del inicio de las clases, para desbaratarnos", fue de lo más diplomático que se escuchó en los debates a puertas cerradas. Más allá de los análisis que cada colegio intentó, sobresalió el común fastidio por una expresión del ministro de Educación, Daniel Germano, que les atragantó el desayuno: "Si alguien quiere hacer negocio con la educación está muy bien, pero que no lo hagan con fondos estatales", leyeron en La Capital. Los colegios se agrupan en la Fesaiep, en la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (Jaek) o en la Federación de Institutos Agropecuarios Privados (Fediap). Las tres entidades debatieron para adentro sin resolver todavía una actuación conjunta. -¿Sedoff, cómo entienden las medidas? -El Estado está en facultades de imponer las condiciones. El problema está en el cambio tan intempestivo de las mismas y que encima insista que la cuota es voluntaria, que la paga el que quiere. Decir eso y que el colegio es gratuito es casi lo mismo, ¿entonces de qué manera podemos programar el servicio escolar si no tenemos certeza de los recursos que vamos a contar? En general los padres entienden que no pueden decir: "pago junio, no pago julio, pago agosto, no pago hasta diciembre", porque sino ¿qué plan educativo se puede diseñar para sus hijos? -¿Qué gastos afrontan los colegios privados? ¿Están llenos de dinero? -La mayoría de las instituciones atraviesa dificultades. La enseñanza privada es sostenida por la clase media y todos sabemos cómo esta resultó golpeada. Existe una gran falacia de creer que los colegios reciben subsidios por todo el personal; algunos abrieron dos quinto grado, dos primer año, dos segundo año, entonces tienen incorporados al sistema de subsidios un grado mientras que al docente y los auxiliares del otro los sostiene el establecimiento. Y después están los gastos para el resto del personal, administrativos, liquidadores de sueldos, y de mantenimiento: luz, gas, teléfono, material didáctico, computadoras. -¿Qué van a hacer? -Oficialmente no hay nada resuelto y corresponde la mesura. La educación privada cumple un rol que no se reconoce públicamente porque no da rédito pero que en general se sabe. Los sistemas público y privado, ambos, deben complementarse para producir los avances en la educación.
| |