En octubre, cuando el otoño llegue a Málaga, se abrirá en la bella ciudad andaluza el Museo Picasso, un homenaje al genial pintor nacido en esas tierras gitanas.
Sus herederos, Christine y Bernard Ruiz Picasso, donaron la esencia de este proyecto: 155 obras, entre óleos, esculturas, dibujos, grabados y cerámicas.
Un conjunto impresionante al que se agregarán otras 49 obras del talentoso malagueño, como resultado de un acuerdo nada desdeñable con los herederos, que consiste en un régimen de cesión gratuita, renovable cada diez años.
Con una experiencia inobjetable, la casa internacional de subastas Sotheby's ya salió a decir que el valor estimado de las piezas que albergará el museo ronda los 176 millones de euros.
Tanto talento necesitaba un lugar muy especial. Y para la Junta de Andalucía ese lugar no podía ser otro que el Palacio de los Condes de Buenavista, histórico edificio de la arquitectura civil andaluza del siglo XVI, que reúne elementos renacentistas y mudéjares.
Casco histórico
El Palacio, ya adquirido por la Junta, está ubicado en el casco histórico de Málaga y es, desde 1939, monumento nacional. La primera tarea fue dotarlo de lo necesario para cumplir con los servicios y funciones que demanda la moderna museografía.
Eran necesarios espacios para la biblioteca, el centro de documentación y el auditorio, y también para el departamento de educación y las oficinas. Y a poco de avanzar en el proyecto se consideró indispensable adquirir tierras adyacentes de la antigua Judería de Málaga.
Taller de restauración
Fue así que se construyeron alrededor del palacio varios edificios destinados a salas de exposiciones temporales y al taller de restauración, en total una superficie cercana a los 9 mil metros cuadrados. Pero fue en medio de esos trabajos que se descubrieron antiguos restos fenicios, romanos y nazaríes.
Los arqueólogos calificaron de "venturoso" tal hallazgo, y los restos fueron integrados a las nuevas edificaciones para ser visitados por los que vengan a admirar las obras de Picasso.
Más allá de exhibir la colección permanente, ya se ha establecido un cronograma de exposiciones temporales, que por lo menos en los primeros tiempos abordarán temas del mundo en el que vivieron Picasso y sus contemporáneos.
Faltando aún meses para su inauguración, el Museo Picasso ya anunció dos de estas exposiciones: "El Picasso de los Picasso", de octubre 2003 a febrero 2004, y "La sagrada familia", en el otoño del año que viene.
Centro vivo de la cultura
También se trabaja en otras iniciativas, entre ellas ciclos de conferencias, cursos, seminarios de investigación y actividades didácticas, y en todo lo que necesita el nuevo museo para convertirse en un centro vivo de la cultura y no en el mero depósito de estas fantásticas creaciones.
Sin duda hay una Málaga de Picasso. Comenzando por su casa natal en la plaza de la Merced, que en 1991 fue incluida en el Sistema Español de Museos, y por la barroca parroquia de Santiago, en la señorial calle Granada, donde el que sería el más importante creador español del siglo XX fue bautizado con los nombres de Pablo Diego José.
De esa plaza de la Merced, que en el siglo XV fue mercado público, y a finales del XIX lugar de ocio de la burguesía, el genial artista recreó un mosaico de personajes populares. Paveros, vendedores de leche con sus hatos de cabras y vendedores de confituras, además de criadas y soldados, todos giraban en torno al monolito central.
Y en medio de ellos, como aún ocurre ahora, muchísimas palomas; las mismas que Picasso, desde su infancia y hasta su muerte, pintó como el emblema perenne y mítico de sus obras.
Pero fue en la plaza de toros de La Malagueta donde el niño artista encontró los motivos visuales de sus primeros dibujos y óleos, anticipo de su visión de la tauromaquia picassiana.
Obras como "El picador amarillo" no son más que recuerdos de cuando su padre lo llevaba a ver a los más famosos diestros de la época, como Mazzantini y Lagartijo. De allí su visión de los caballos destripados por los toros que luego serían referente de muchas de sus composiciones, y que culminarían en 1937 con el célebre caballo herido de Guernica. Para más información contactarse con la página de Internet: www.mpicassom.org (Télam)