-¿Te asustó involucrarte en un musical como "Chicago"? -Lo que más me asustó fue tener que usar tacones en las escaleras. Además, algo que me preocupaba mucho era no decepcionar a Rob Marshall, porque él realmente tenía una fe ciega -que no sé de dónde sacó- de que mi participación en este filme era una buena idea. Me tenía tanta fe y confió en mi tan ciegamente que yo no lo quería decepcionar. -¿Y vos qué pensabas? -No pensaba nada. Honestamente todo fue por la genialidad y la calidez que percibí en Rob Marshall. En aquel momento lo único que pensé es que quería conocer mejor a este hombre, quería que fuera mi amigo. La idea de pasarme seis meses con él me pareció muy estimulante y sentí que no necesitaba cuestionarme nada. No me importaba si no podía cantar o bailar. Decidí que iba a probar y a confiar en esa persona que me entusiasmaba tanto y así lo hice. -¿Qué te une a tu personaje? -No tengo nada que ver con Roxie más allá de su honestidad. Me gusta su manera de ser. Ella necesita sentirse validada, no se gusta mucho a sí misma y me parece que tiene un concepto erróneo de lo que es la fama y de lo que la fama le puede dar. Roxie siente que si todo el mundo la ama es porque algo debe tener de valiosa y de esa manera puede aceptarse a sí misma. Esa manera de ver las cosas hace que simpatice un poco con ella. -Richard Gere y Rob Marshall sostienen que tu vulnerabilidad es la que te hace abrirte a probarlo todo. ¿Qué opinás? -Es posible. Es que a mí me importan las cosas. Yo no soy superficial. Nada lo es en mi vida. No tengo tiempo para ser así. No lo son mis amigos, ni mis elecciones, ni mi trabajo, ni lo que hago día a día. No lo sé, la verdad es que no me quiero analizar demasiado. -¿No es una ironía que tu personaje en "Chicago" disfrute descaradamente de aparecer en la prensa? -Probablemente sí y es algo en lo que yo pienso mucho diariamente. Considero que la línea entre la celebridad y la infamia es totalmente ambigua hoy en día. Yo creo que a quienes elegimos alabar en estos días son un reflejo de nuestros valores como sociedad. Por eso me da pena que la fama ya es lo que era: un reconocimiento público a quien realiza una contribución positiva a la sociedad. Antes la fama era una retribución para quienes ayudan a los demás a vivir mejor, a sonreír, a reír y a aprender algo, pero nada de eso importa ya. La fama ahora pasa por el sólo hecho de haberte destacado por sobre los demás, no importa cómo, ni importa con qué. -Daría la sensación de que buscás películas en donde tengas que vivir situaciones extremas. ¿Es algo deliberado? -No lo sé. Digamos que últimamente he tenido maravillosas oportunidades de aprender diferentes cosas con cada papel que me han ofrecido. Me gustan los papeles complicados, que me dan la oportunidad de desarrollar un aspecto de mí misma que no había explorado antes, que me hacen crecer y que amplían mi perspectiva. Me gusta aprender cosas nuevas porque eso enriquece mi experiencia de vida.
| La actirz aprendió a bailar y cantar para el filme. | | Ampliar Foto | | |
|
|