| | Roviralta volvió a exigir el desalojo de sus terrenos
| La expropiación por parte de la provincia es la única salida para que los ocupantes de unos terrenos que pertenecen al ex marido de Susana Giménez, el polista Huberto Roviralta, no sean desalojados del sitio donde construyeron sus casas y viven desde hace años, en Oroño y Presidente Quintana. Los ocupantes y Roviralta no acordaron ayer ninguna solución al conflicto que mantienen desde que el propietario reclamó judicialmente la posesión de los lotes y Roviralta dejó un mensaje claro: "Quiero que desalojen". Las posiciones en la tercera audiencia de conciliación que se hizo ayer en Tribunales eran irreductibles y la única salida para los vecinos era política: que la Municipalidad o la provincia intercedieran de algún modo para evitar que Roviralta consiga un fallo que los obligue a abandonar los terrenos. Si bien no hubo acuerdo, al menos la Municipalidad deslizó la posibilidad de impulsar a través del Concejo una ley provincial que expropie los terrenos. En principio ya habría acuerdo entre los bloques para impulsar ante la Legislatura un proyecto que aprobarían la próxima semana. Si eso ocurriera, el juez Eduardo Arichuluaga estaría dispuesto a suspender el juicio de desalojo impulsado por Roviralta hasta que los legisladores se expidan. Roviralta heredó los terrenos en cuestión de Wenceslao Escalante. Según sus abogados, Brian Wheeler y Carlos Varela, las instrucciones del ex marido de Susana Giménez son impulsar sin más dilaciones el desalojo. Pero las familias que ocupan los lotes están dispuestos a resistir porque no podrían reconstruir sus casas y además no tienen dónde hacerlo.
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