"El nivel inicial no puede tener conceptos diferentes al resto de lo que se piensa para la educación, porque cuando me propongo como educadora qué hombre quiero formar, lo hago pensando tanto en el niño como en aquel que está en un profesorado", opina Sandra Tolcovny, docente del nivel inicial y psicóloga.
Para la docente, también directora de un jardín privado de Rosario, esta etapa del aprendizaje -abarca desde el jardín de infantes a lo que se conocía como preescolar- no puede pensarse por separada del resto de la escuela. "La educación responde a una política educativa, y si se habla de una educación con carácter conductista esto corre para todos los niveles, incluyendo a la universidad", considera Tolcovny.
Es que para muchos adultos aún permanece internalizada la idea de que el jardín es más fácil y una etapa sólo pensada para el juego y la preparación de lo que luego será la escuela. Más allá de que el nivel se haya transformado y ya no responda a esos parámetros, la cuestión todavía convoca al debate.
De todas maneras, Tolcovny reconoce que el nivel inicial tiene sus especificidades, quizás más lúdicas. "Es un mito de la sociedad que sólo al niño se le permite jugar en esta etapa porque es pequeño, y que una vez que ingresa a la escuela eso se termina porque debe ponerse el guardapolvo blanco para aprender".
Contrariamente considera que el juego es una función constitutiva de cualquier persona, por lo que desde la escuela "debe haber una estimulación hacia el mismo, no sólo por lo placentero que implica jugar sino porque es una función que marca una estructura de pensamiento", algo que atraviesa a todas las edades y que luego va encontrando distintas formas de manifestación.
La etapa obligatoria
A partir de la ley federal de educación, el nivel inicial pasó a ser parte de la etapa de escolaridad obligatoria -desde los 5 años de edad-. "Esto al nivel ni lo mejora ni lo perjudica, quizás el padre ahora se preocupa por mandar al chico al preescolar. Sin embargo, la cuestión central sigue pasando por trabajar en conjunto para formar una nueva escuela", opina la educadora.
Si bien el beneficio es que los niños estén ahora en la escuela, para ella los cambios que trajo la ley federal hizo -más allá de ciertas experiencias renovadoras- que los "maestros jardineros se pusieran los guardapolvos blancos para empezar a enseñar contenidos pocos flexibles, algo que dista mucho de enseñar a pensar a los chicos".
Según Tolcovny, que también dicta clases en el profesorado del nivel en el Normal Nº 1, "la maestra jardinera es una educadora, por eso incomoda que se piense que están para jugar, y que sólo las maestras de EGB son las que enseñan. Todas tenemos la misma función de educar".
Claro que trabajar con niños de 5 años no es lo mismo que hacerlo con adolescentes ni adultos. Por eso Sandra Tolcovny vuelve a explicar que su nivel de enseñanza cuenta con técnicas específicas para trabajar con los niños. "El chico puede aprender matemática cosechando en la huerta, geometría jugando con el espacio" o a leer y escribir observando carteles, cita como ejemplo de cómo se puede enseñar y aprende en el jardín sin necesidad de recurrir a contenidos estancos y formales.
En su opinión, es necesario volver a discutir el nivel, pero desde lo ideológico, porque se trata -afirma- "de humanizar a la educación para formar sujetos pensantes, libres y creadores".
La Ciudad
