Charm el-Cheij, Egipto. - Los dirigentes árabes proclamaron ayer su rechazo absoluto a la guerra contra Irak, pero se mostraron divididos sobre la manera de evitarla durante la cumbre árabe que se celebró en Egipto, en la que las autoridades de Abu Dhabi (Emiratos Arabes Unidos) provocaron una gran sorpresa proponiendo que Saddam Hussein abandone el poder.
Los líderes árabes exhortaron a una solución pacífica a la crisis de Irak, por las supuestas armas de destrucción masiva, bajo la sombra de las Naciones Unidas. También pidieron que se les concediera suficiente tiempo a los inspectores de armas para completar su misión. Según el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, los países participantes expresaron también "su negativa de participar en cualquier acción militar" que atente contra este país, su seguridad y su integridad territorial.
Los jefes de Estado y los representantes de los 22 miembros de la Liga Arabe, que se fueron sucediendo en la tribuna de la cumbre celebrada en el balneario Charm el-Cheij, en el mar Rojo, mostraron su oposición a una guerra que sería, en palabras del rey de Bahrein, Hamad Ben Issa Al-Jalifa, "la tercera en la región en los últimos de veinte años", después de la que enfrentó a Irak e Irán entre 1980 y 1988, y la del Golfo, de 1991. El presidente egipcio Hosni Mubarak pidió que la ONU "disponga del tiempo necesario" para aplicar las resoluciones sobre el desarme en Irak.
Aunque los Estados árabes se oponen a la guerra y temen sus repercusiones en la economía y estabilidad local, los analistas dicen que en realidad tienen un poder limitado para hacer oír su desaprobación. Los productores de petróleo dejaron claro que no usarán el crudo como un arma, al igual que los aliados de EEUU no ejercerán su influencia para expulsar las tropas de Washington de sus países, una medida que sería muy popular en la zona, según analistas.
Discrepancias ocultas
Esta unidad contra la guerra esconde, sin embargo, profundas diferencias entre radicales y moderados. Los Emiratos Arabes Unidos consintieron, ante la sorpresa general, que se filtrara a la prensa un documento que sugería a Saddam Hussein que abandonara el país. La iniciativa del presidente de los Emiratos Arabes, el jeque Zayed Ben Sultan Al Nahyan, pide a "la dirección iraquí que salga de Irak, beneficiándose de los privilegios que le corresponden, en un plazo de dos semanas a partir del momento en que esta propuesta sea aceptada".
EEUU expresó su deseo de que los representantes árabes incitaran a Saddam Hussein a abandonar el poder, pero los países participantes se opusieron el viernes tajantemente a dar el visto bueno a esta petición. (AFP y Reuters)