Aunque el 2002 fue el peor año de la historia económica argentina, a la provincia de Santa Fe no le fue tan mal. Así lo reflejan la variación experimentada por un conjunto de indicadores, como el producto bruto, la recaudación impositiva, el consumo de energía y las ventas de supermercados, si bien el fenómeno no tuvo su correlato en materia de empleo.
Por cierto que no se trata de tirar manteca al techo, porque la mayoría de los registros, tanto a nivel nacional como provincial, están en rojo. De todos modos, aún en medio de las cifras catastróficas permiten inferir que la economía santafesina puede sacar ventaja del resto en el nuevo escenario postdevaluación.
Cálculos provisorios del producto bruto geográfico elaborado por el Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) dan cuenta de una caída del 6,7 por ciento en la provincia, más de cuatro puntos por debajo del indicador de actividad (una primera aproximación al PBI nacional) que difundió hace un par de semanas el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Un informe del instituto de investigaciones económicas de la Fundación Mediterránea (Ieral), preparado por Tulio Ceconi y María Fernanda Ghilardi, permite avanzar con las comparaciones sectoriales.
La variación acumulada del Estimador Mensual Industrial (EMI) para los sectores con fuerte presencia en Santa Fe cayó un 6,8 por ciento durante 2002, casi cuatro puntos menos que el indicador general, que reportó un 10,6 por ciento.
Las razones se explican por el perfil agroexportador de Santa Fe en producción primaria y de alimentos, a lo que se suma una incipiente reactivación de algunos sectores en la sustitución de importaciones como el metalmecánico, entre otros.
Si bien la actividad industrial en su conjunto comenzó a recuperarse en el cuarto trimestre, mostrando por primera vez en el año variaciones positivas contra igual período de 2001, "el nivel de producción está aún muy lejos de recuperar los niveles previos a la recesión, tal es así que mientras el valor del Estimador Mensual Industrial (EMI) a diciembre de 1998 era de 94,4, para igual mes de 2002 se ubicó en 83", señala el trabajo.
Entre los sectores con fuerte incidencia en la economía santafesina, los únicos que aumentaron su nivel de producción respecto al 2001 fueron aceites y subproductos (13,1%) y acero crudo (6,4%).
La evolución de los indicadores sectoriales en la provincia muestran que los frigoríficos figuraron entre los más beneficiados por la depreciación del peso, lo que permitió revertir los efectos negativos del cierre de los mercados externos en el 2001 por la fiebre aftosa.
Aunque ampliamente compensada por la depreciación del tipo de cambio, la producción de granos en la bota santafesina bajó un 3,3% en la campaña 2001/2 respecto de la anterior, mientras que en el total del país creció 4,2%. El aumento de los ingresos en el caso de provincia fueron significativos, ya que el 70% de la producción de granos y aceites se exporta desde la región.
Especialistas consultados por La Capital señalaron que entre las razones para entender la caída de la producción se encuentran los factores climáticos, que disminuyeron los números finales tanto en el trigo como en el maíz. Otro de los factores sería el creciente nivel de evasión fiscal que existe en el sector.
El informe de la Mediterránea señala que dentro de los indicadores globales de demanda neta de energía y consumo de gas industrial y comercial tuvieron un mayor crecimiento en Santa Fe que a nivel país.
La demanda de energía provincial en el mercado mayorista creció un 1,3 por ciento, mientras que la nacional cayó un 5,3 por ciento. El consumo de gas comercial e industrial creció en la provincia un 8,3 por ciento contra 1,3 por ciento del total país.
La contrariedad entre caída de la producción industrial y el aumento en el consumo de energía puede encontrarse en la fuerte incidencia de un número reducido de compañías en la demanda global.
Al mismo tiempo y al igual de lo que sucede en el agro, la creciente informalidad de la economía esconden y tergiversan algunos de los valores finales de producción industrial. Datos oficiales del propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) publicados en los últimos meses refuerzan esta idea.
Empleo y recaudación pública
Por otra parte, los fuertes ingresos de la actividad agropecuaria tampoco tuvieron su correlativo en el consumo privado en términos reales. Una muestra de ello son las ventas anuales en los supermercados, que a valores constantes de 1997 disminuyeron, aunque menos en Santa Fe (-20,8%) que a nivel país (-25,8%.
"A pesar que el nivel de actividad detuvo su caída e inició un tenue ascenso, el empleo y las condiciones sociales de la población continuaron agravándose, aunque en un marco de menor conflictividad, merced a los subsidios del plan jefes y jefas de hogar", apunta el informe.
La mejor evolución de los indicadores productivos repercutió en forma desigual en los indicadores de empleo. Si bien se observa una mejor evolución del empleo privado del Gran Rosario con relación a los aglomerados Córdoba y Buenos Aires, los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares dan cuanta de una caída de 3,8 puntos porcentuales en Rosario contra 0,5 del total país.
Claro está, la disminución del desempleo se explica fundamentalmente por el efecto plan jefes y jefas de hogar. "Un indicio de ello es que el número de beneficiarios del subsidio en Santa Fe, a fines de 2002, era de 179 mil, lo que representa un 69,5% de la cantidad de personas con problemas de empleo en los aglomerados de Rosario y Santa Fe en mayo de 2002", argumenta el informe de la Mediterránea.
Por otra parte, y como consecuencia del aumento en el nivel de precios, la cantidad de personas debajo de la línea de pobreza creció exponencialmente. En el Gran Rosario la proporción de personas pobres pasó del 41,2% en octubre de 2001 al 60,9% para igual mes del año pasado, en el Gran Santa Fe los porcentajes fueron del 44,6% y 63,7%, respectivamente.
En lo que hace a los ingresos del sector público, a partir de mayo 2002 empezaron a sentirse los efectos de la inflación sobre la recaudación santafesina. Como resultado de ello, el impuesto a los ingresos brutos acumuló un incremento anual del 22,7 por ciento, mientras que el gobierno nacional recaudó en concepto de IVA Bruto un monto similar al de 2001 (-0,7%).
Según la Mediterránea, influyeron dos factores:
* Un mayor impacto de la informalidad económica en la recaudación del IVA provocado por la emisión de cuasimonedas, que no se registró en Santa Fe al no haber emitido bonos propios.
* La fuerte disminución de las importaciones, la mayoría de las cuales son bienes de capital e insumos dirigidos al proceso productivo. Como en Santa Fe la industria y el agro están eximidos de ingresos brutos, la disminución de importaciones