Fernando Gabrich / Ovación
Madrid (corresponsal).- A las nueve comenzó la angustia. Y, felizmente, a las 13 terminó. El primero en hablar fue Jesús Gil y Gil, y fue el mismo presidente del Atlético de Madrid quien tiró la buena. "Estamos muy contentos, el Mono volverá a torear", dijo. Luego vino la confirmación oficial por parte de los médicos de la clínica Centro de Madrid. Y la noticia se recibió con alegría. Germán Burgos fue operado ayer por la mañana y la intervención fue un éxito. Le extirparon el tumor maligno que albergaba su riñón izquierdo y se estima que en dos meses volverá a atajar. El Mono hizo el aguante. "Germán ha tenido mala suerte, pero se ha resuelto y sin duda será un momento de inflexión en su vida. Esperemos que en dos meses pueda volver a jugar. Se ha cumplido el objetivo y estamos satisfechos". Con estas palabras, el doctor Jorge Guillén, uno de los cuatro médicos que intervinieron en la operación, atendió a la prensa. Era la noticia que todos esperaban escuchar. Como se preveía, el tumor que el arquero del Atlético de Madrid tenía en el riñón izquierdo era maligno. Y por este motivo los médicos decidieron extirparlo. "Se trataba de una tumoración de 3 centímetros que estaba localizado y encapsulado en la zona media del riñón. El procedimiento ha sido el habitual, se ha conservado el riñón y su función renal y se ha conseguido con muchas probabilidades, la curación del enfermo. El tiempo lo dirá, pero dentro de dos meses podrá volver a estar a los servicios de Luis Aragonés", agregó el doctor Jesús Cisneros, quien también participó en la operación. "Estamos muy satisfechos porque la operación era muy compleja. Más o menos sabíamos que el tumor iba a ser de características malignas, pero todo salió como preveíamos: perfecto. La precocidad en su detección ha sido fundamental para no correr más riesgos ni problemas", aseguro a su vez el doctor Miguel Litton Muñoz. También se supo ayer, y tal como se preveía, que el Mono sufre una atrofia renal, de origen congénito, de su riñón derecho, que trabaja por debajo de las necesidades funcionales. Pero ayer fue un día de buenas noticias. Por eso, el mismo Cisneros se encargó de aclarar que la intervención había sido perfecta y que el riñón operado estaba trabajando correctamente. "Se le diagnosticó precozmente y creemos que tiene una gran probabilidad de cura", enfatizó. "El futbolista tenía un tumor maligno encapsulado y hay que felicitar a los servicios médicos del Atlético de Madrid por su rápida detección, algo fundamental en estos casos. El riesgo es que el tumor estaba en el riñón, pero al ser extirpado de forma tan rápida el problema se reduce. Nunca hemos temido que el futbolista perdiera ese riñón, que es el único que le funciona al estar el otro atrofiado", agregó Guillén. Burgos permanecerá internado entre 7 y 10 días y no se le realizará ningún tratamiento adicional, pero habrá controles trimestrales durante 2 años, luego semestrales y, finalmente, anuales. Los servicios médicos estiman que la función renal será totalmente normal en un período de dos meses. Cómo en el mediodía del viernes, la noticia volvió a circular con rapidez. La gente volvió a comentarla en los bares, en la calle, en los estadios. Se había pasado de la angustia a la esperanza. Y todos lo celebraron. Burgos está haciendo el aguante. Como todos esperaban.
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