Hollywood da los toques finales a la ceremonia anual para la entrega de los premios Oscar, mientras sus organizadores se preguntan si el lujoso evento podrá celebrarse sin problemas. Ya se han enviado las boletas de votación, los trajes de noche se están arreglando para que se ajusten al cuerpo de las actrices y las estatuillas doradas están listas para la ceremonia de los premios Oscar el 23 de marzo, una fecha en la podría haber comenzado una guerra contra Iraq liderada por Estados Unidos, según la opinión de muchos analistas políticos. La pregunta de "¿qué pasa si...?" constituye un dilema para Hollywood, pues no se sabe si una posible guerra podría esperar a que termine la celebración de los Oscar y si el evento se celebraría si la amenaza de guerra se materializa. "Es intimidante anteponerlo a todo", dijo el portavoz de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas, John Pavlik. "No hay muchas ventajas en tratar un plan para cada posible situación, o en cancelarlo o posponerlo", agregó. "¿Comenzó la guerra hace tres semanas? ¿Comenzó hoy? ¿La ganamos? ¿O estamos en medio de algo sangriento? Haremos lo que parezca adecuado (según la situación), pero no hay forma de planear para esto", dijo Pavlik. La ceremonia del Oscar, el evento más prestigioso de la industria del cine, sólo ha sido pospuesta en raras ocasiones en sus 75 años de vida. En ningún caso se ha pospuesto por un caso de guerra. La primera vez que se pospuso fue en 1938 por una inundación en Los Angeles, después en 1968 por el asesinato de Martin Luther King, y en 1981 cuando le dispararon al entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. Después de meses de preparación y con una teleaudiencia de alrededor de 1.000 millones de espectadores, es poco probable que se cancele o se posponga la noche de las estrellas de cine. Se prevé que la ceremonia será transmitida por la red de televisión ABC, una unidad de la empresa Walt Disney Co (DIS.N). Sin embargo, una decisión errónea podría ser un problema, no sólo en Estados Unidos sino ante los ojos del mundo, que ya critica la posición estadounidense con respecto a su liderazgo de una posible guerra contra Ira sin la aprobación de la ONU. "Parecería que Hollywood está de fiesta mientras Bagdad se quema", dijo Tom O'Neil, autor del libro "La guía elemental hacia el Oscar". Pero también se está lidiando con un negocio donde la consigna es que el espectáculo tiene que continuar. Históricamente, Hollywood ha servido para elevar el ánimo del pueblo estadounidense, así que casi existe una obligación social de celebrar la entrega de los premios. La ceremonia anual de premios Emmy para la televisión se canceló dos veces en el 2001, la primera después de los ataques del 11 de septiembre y posteriormente cuando Estados Unidos comenzó a bombardear a Afganistán. Pavlik dijo que el ánimo del público desempeñaría un papel en cualquier decisión. "Somos parte del país. No estamos sentados aquí en Hollywood sin pertenecer a él", sostuvo. "Si entramos en una guerra donde muchachos y muchachas estadounidenses están regresando a casa en bolsas de cadáveres (...) el ánimo del país cambiaría muy rápido y tenemos que estar listos para reaccionar", agregó. Funcionarios de la Academia han dicho que el presupuesto para la seguridad del teatro Kodak, en Hollywood, será el doble de otros años. El año pasado se cerró el espacio aéreo sobre Hollywood, se pusieron barricadas de concreto alrededor de la entrada al teatro y los fanáticos que querían ver a sus estrellas favoritas tuvieron que solicitar sus entradas con varias semanas de anticipación para las gradas en el exterior, y al parecer fueron chequeadas por el FBI.
| Las papeletas regresan a la Academia el próximo 18. | | Ampliar Foto | | |
|
|