Jerusalén.- Cediendo a las presiones internacionales, el presidente palestino, Yasser Arafat, postulará un candidato para el cargo de primer ministro la próxima semana y le pedirá a la Organización para la Liberación de Palestina y al Parlamento que apruebe su selección, dijo ayer un enviado de la ONU. En tanto, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, inició ayer un segundo mandato consecutivo a la cabeza de una coalición de línea dura que incluye a fervientes opositores a un Estado palestino y partidarios de los asentamientos judíos en los territorios ocupados.
Un enviado de las Naciones Unidas afirmó ayer que el presidente palestino, Yasser Arafat, nominará la semana próxima a un primer ministro y pedirá su ratificación a los cuerpos oficiales palestinos. La designación de un premier, un cargo hasta ahora inexistente, sería un avance en el cumplimiento de demandas estadounidenses y europeas para que los palestinos reformen la Autoridad, acaben con la corrupción y pongan fin al levantamiento palestino de 29 meses por la independencia.
Terje Roed-Larsen, enviado de la ONU para Medio Oriente, dijo luego de reunirse con Arafat que el líder palestino prometió anunciar a su nominado para primer ministro y buscar la aprobación para su designación en una sesión del Consejo Legislativo Palestino. "Arafat me informó que llamará a una reunión del Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a fines de la semana próxima e inmediatamente, el sábado, a un encuentro del Consejo Legislativo Palestino", dijo Roed-Larsen después de entrevistarse con Arafat en la ciudad cisjordana de Ramala.
Sin prisa para la paz
El premier israelí, al presentar al Parlamento su gobierno derechista que puede complicar los esfuerzos internacionales para un acuerdo palestino-israelí, dejó claro que Israel no tendrá prisa en buscar la paz. El pronunciamiento se produjo un día después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, dijo que presionaría por un acuerdo palestino-israelí luego de una eventual guerra contra Irak.
Sharon, electo primer ministro de Israel por primera vez en febrero del 2001, dijo en su discurso ante el Parlamento que Arafat debe ser reemplazado. También descartó un regreso de los refugiados palestinos a sus hogares, que abandonaron el territorio durante la guerra de Medio Oriente de 1948, una importante demanda palestina en las negociaciones de paz. Sharon, un general retirado de 75 años, repitió su posición de que los palestinos que promueven la rebelión deben dejar la "incitación y el terrorismo" e implementar profundas reformas democráticas antes de que puedan reanudarse las conversaciones de paz, rotas poco antes de estallar la Intifada palestina en septiembre de 2000.
Pero también dijo a los legisladores en el Knesset: "El pueblo de Israel busca la paz y estoy convencido de que para una paz real hay buena disposición para dolorosas concesiones". La Autoridad Palestina predijo que el nuevo gobierno de Sharon tratará de socavar los intentos del llamado "cuarteto" de mediadores -la ONU, EEUU, la Unión Europea y Rusia- de trazar el camino hacia la paz.
Coalición de derecha
Los 120 miembros del Knesset votaron por 66-48 para aprobar el gobierno presentado por Sharon, cuyo derechista partido Likud obtuvo una amplia victoria en las elecciones generales del 28 de enero. El Likud estableció una coalición de 68 escaños con el centrista Shinui, la ultranacionalista Unión Nacional y el Partido Religioso Nacional (PRN).
El PRN y la Unión Nacional, ambos defensores de los asentamientos judíos en los territorios ocupados por Israel en la guerra de Medio Oriente de 1967, se oponen a la creación de un Estado palestino. El PRN tiene seis escaños y la Unión Nacional siete. El Shinui, con 15 legisladores, apoya la creación de un Estado palestino con la condición de que los palestinos renuncien a cualquier derecho de retorno de los refugiados. Sharon ha dicho que aceptaría un Estado palestino desmilitarizado al fin de un proceso de paz. Pero agregó que cualquier negociación sobre el tema requeriría de la aprobación especial de su gabinete, que él mismo reconoce está dividido. (Reuters y DPA)