Año CXXXVI
 Nº 49.768
Rosario,
sábado  01 de
marzo de 2003
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Premio Nobel de medicina sugiere la genética para curar la estupidez

El bioquímico norteamericano James Watson, de 75 años, que en 1962 ganó el premio Nobel de medicina por el descubrimiento de la estructura de la molécula de ADN, dijo que es partidario del uso de la genética "para curar la estupidez".
Las personas de bajo nivel de inteligencia que no tienen una discapacidad mental reconocida sufren un problema heredado tan real como la fibrosis cística o la hemofilia, afirmó Watson.
El investigador se muestra escéptico de las teorías que atribuyen los problemas de aprendizaje a la pobreza, y considera que es muy posible que la causa del bajo nivel o el bajo rendimiento intelectual sea genética. A juicio de Watson, "esto hay que corregirlo y los biólogos moleculares tienen la obligación de identificar los genes que afectan la baja inteligencia o desarrollar terapias genéticas o filtros prenatales que lo impidan".
"Si uno es realmente estúpido, yo llamaría eso una enfermedad. Si miramos a ese diez por ciento que tiene realmente dificultades, aún en la escuela elemental, ¿cuál es la causa de ello?", se pregunta el científico.
"Mucha gente podrá decir es la pobreza, pero probablemente no lo sea. Quiero descartar esto, quiero ayudar a ese diez por ciento inferior. Es injusto que haya personas que tengan menos oportunidades", apuntó el científico.
Oliver James, psicólogo clínico y escritor, acusa a Watson de pensar de forma demasiado ligera, "sus ideas son simplemente ciencia ficción". A su vez, Tom Shakespeare, un experto en bioética de la Universidad de Newcastle, declaró al Times: "Está hablando de modificar algo que la mayoría considera como parte de la variación humana normal, y eso, creo yo, es falso".
"Temo que haya hecho más daño que bien, pese a su liderato del Proyecto Genoma Humano y su descubrimiento de 1953", dice Shakespeare.
Una opinión compartida por John Sulston, que dirigió la contribución al Proyecto Genoma Humano, quien indicó que Watson está entrando en "una zona sumamente peligrosa", pero que no hace mal en decir lo que piensa. "Es una locura hundir la cabeza en la arena". (Télam-SNI)


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