El juez que investiga el trágico accidente del interno 124 de la empresa El Práctico, que la madrugada del pasado domingo volcó tras tomar una curva de la autopista Rosario-Roldán a 100 kilómetros por hora ocasionando la muerte de 10 personas y heridas a otras 26, dispuso ayer tomar declaración a todos los socorristas que intervinieron en las tareas de rescate para reconstruir el lugar exacto donde estaban los cuerpos de las víctimas. La medida fue adoptada en el marco de las sospechas que surgieron a partir de un par de testimonios que ubican al chofer Hugo Di Rosa al mando de la unidad en el momento del accidente y no a su compañero Marcelo Oscar Ricci, como oficialmente se sostuvo hasta ayer, quien pereció en la tragedia. La diferencia que intentará dilucidar el juez Correccional Daniel Acosta no es menor ya que sobre el causante del hecho recaería la acusación penal del múltiple homicidio culposo y las lesiones sufridas por los pasajeros.
El segundo jefe de los Bomberos Voluntarios de Roldán, oficial subayudante Juan Carlos Fernández, fue uno de los primeros en llegar al lugar de la tragedia y tuvo la ingrata tarea de rescatar el cuerpo de Ricci de entre los hierros retorcidos del colectivo. "Estaba destrozado, el micro le había caído encima después de volcar sobre su lateral derecho", aseguró ayer el socorrista a La Capital tras confirmar que el chofer muerto "no estaba en el asiento del conductor" al momento de ser rescatado. "No sé explicar como salió despedido, ni tampoco si él manejaba en ese momento. Sólo puedo decir de dónde lo sacamos", agregó Fernández.
El testimonio de Fernández se suma a la versión que ubica a Di Rosa y no a Ricci al volante del interno 124 de El Práctico y a otros indicios que investiga el juez de la causa. Entre esas pistas se encontraría el testimonio de la viuda de Ricci, quien habría declarado que al hacer el recorrido Retiro-San Francisco, es decir el que cumplía el micro la noche de la tragedia, su esposo descansaba en el trayecto donde ocurrió el accidente y recién volvía a manejar a partir de la localidad de El Trébol.
En este aspecto, el subdirector del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies), doctor Guillermo Loto, aseguró a este diario que de acuerdo al breve diálogo que mantuvo con Di Rosa mientras lo acompañaba en una ambulancia hasta el hospital donde fue atendido, "sugiere que él viajaba como acompañante" (ver aparte).
Sin embargo, otra pista en la sospecha judicial la aportaría la declaración de un testigo, presuntamente un trabajador de la terminal de ómnibus rosarina, que habría visto a Di Rosa sentado al volante del colectivo al momento de partir.
El micro, tal como lo reveló la pericia realizada por expertos en criminalística de la policía provincial, iba a 100 kilómetros por hora cuando el chofer sobrepasó la salida de la autopista a la altura de la ruta A-012 y luego quiso tomar la bajada hacia el sur cuando se desbarrancó violentamente y cayó a un zanjón. Según la opinión de los peritos policiales, se trató de un error de conducción del chofer, que intentó una maniobra imposible y de ese modo desencadenó la tragedia.
Si el chofer era Ricci, no habría a quién atribuirle responsabilidad penal por las muertes y los heridos. Pero si hubiese sido una persona que sobrevivió al siniestro, en este caso Di Rosa, entonces debería afrontar una acusación múltiple por homicidio culposo y lesiones graves.
La autopsia de Ricci
Mientras tanto, el juez Acosta ya recibió el informe de la autopsia realizada en el Instituto Médico Legal por el forense José Luis Bonifacio al cuerpo de Ricci. Si bien todavía faltan los resultados de los análisis de laboratorio, estaría casi descartada la posibilidad de que el chofer hubiera ingerido alcohol durante el viaje.
El dato es importante para la investigación porque el hallazgo en la cabina de los conductores de una botella de whisky con la mitad de su contenido había precipitado la hipótesis sobre la posibilidad de que estuviera alcoholizado, y que eso explicara de alguna manera el error que cometió al maniobrar el micro a 100 kilómetros por hora en una curva muy cerrada y en pendiente.
Al respecto, el delegado gremial de los choferes dijo el lunes a este diario que la bebida era para los pasajeros ya que "además de las tareas de conducción los choferes deben prestar servicios a los pasajeros entre los cuales está el de servir comida, café, bombones y whisky".