La Escuela Nº1319 José Ortolani, ubicada en pleno corazón del barrio Empalme Graneros, sufrió la madrugada del domingo el décimo robo en apenas un año. Esta vez el botín fueron los enseres de cocina del comedor escolar, donde en épocas de clase se alimentan 500 chicos y en vacaciones 250, y donde además se prepara la comida para otro establecimiento de la zona. Por eso ayer el menú previsto, arroz con pollo, quedó reducido a sándwiches y helado. El rumor que circulaba en el barrio era que el ladrón sería nada menos que uno de los comensales del comedor.
La comunidad escolar de la 1319 está lo que se dice curada de espanto. Pese a las fuertes rejas externas que se ven en la entrada de Génova y Cullen, la escuela ya sufrió diez robos en sólo un año.
Durante el 2002, por ejemplo, los 830 chicos que asisten de preescolar a 7º año de EGB se quedaron casi sin materiales didácticos, después de que les robaran útiles, un grabador e instrumentos de música, más buena parte de los recursos entregados por el Plan Social. Lograron, eso sí, poner a salvo el televisor, un retroproyector, tres computadoras y la video, a costa de trasladar cada uno de esos elementos a casas particulares donde están al menos un poco más seguros.
Pero el domingo a la madrugada la escuela volvió a ser asaltada. Según informes de Jefatura, alrededor de las 6 un chico de 15 años fue agarrado in fraganti por una patrulla del Comando Radioeléctrico, que lo condujo detenido a la comisaría 20ª, donde quedó a disposición del Juzgado de Menores Nº3. Siempre de acuerdo a la versión policial, el menor salía cargando un menudo botín: 12 ollas (de 50 litros y más), 269 platos de aluminio, 113 cuchillos, 117 tenedores, 40 cucharas, 7 coladores, 20 jarras, 223 vasos y otros utensilios, como bandejas y baldes.
Dentro de la escuela, en cambio, la versión era otra. Los ladrones, que entraron por una ventana del comedor lindante con el patio de la capilla Santiago Apóstol, habrían sido por lo menos dos, lo que permitiría explicar cómo lograron abollar las enormes ollas para que pasaran por la ventana y el posterior traslado de los objetos robados, un bulto más que considerable.
El personal del comedor, además, se hizo eco ayer de otro rumor que circulaba por el barrio: que el menor detenido es nada menos que uno de los chicos a los que la escuela da de comer.
Dentro del propio barrio
Sea verdad ese dato o no, lo cierto es que los robos se suceden pese a que en el establecimiento ya tienen una alarma y toman todo tipo de recaudos. "Lo que más bronca me da es que se llevan las cosas con que les damos de comer a los propios chicos del barrio", se indignó la vicedirectora de la escuela, Miriam Donnarumma.
Por suerte se salvó la despensa, aunque el o los ladrones también intentaron forzar la cerradura, que se suma a un candado para preservar su preciado contenido.
Después de la detención, con la que habrían colaborado dando el alerta vecinos que escucharon el ruido de las cacerolas al ser abolladas, la escuela logró recuperar buena parte de los enseres de cocina, que ayer estaban enderezando a martillazos. Si todo marcha como esperan, mañana ya normalizarían el almuerzo de los chicos.
De cualquier forma, la comunidad escolar hizo un llamado a la solidaridad. Necesitan de todo: útiles, como lápices, pinturitas, biromes, blocks y cuadernos, y también cubiertos para el comedor. Quienes puedan colaborar deberán acercarse a Génova y Cullen o llamar al teléfono 4727571.