Año CXXXVI
 Nº 49.764
Rosario,
martes  25 de
febrero de 2003
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Editorial
El sistema financiero

La reestructuración del sistema financiero local es uno de los compromisos que ha asumido la Argentina con el Fondo Monetario Internacional. Todavía no está claro cuáles son los niveles que alcanzará, pero hay algo que ya está decidido: el ajuste va a llegar más temprano que tarde.
De acuerdo a algunos paper extraoficiales y a las estimaciones hechas por especialistas, el tamaño de los bancos podría llegar a reducirse en un 30 por ciento. El proceso incluye tanto el achicamiento de entidades como la fusión, absorción y, de ser necesario, el cierre de algunas de ellas.
Más allá de las decisiones políticas que vayan a implementarse, en estos momentos no habría entidades bancarias en problemas, al menos evidentes; atrás parece haber quedado el tembladeral que sacudió todo el sistema hace apenas un año.
Como el acuerdo con el FMI no establece el nivel de ajuste pretendido, será el Banco Central el que delineará el nuevo mapa. Este proceso se inició la semana pasada, cuando los bancos entregaron el balance anual de 2002 y el plan de negocios 2003/2004. Con esos números, los técnicos del Central tendrán un panorama preciso de la situación de cada banco.
Mientras esta nueva realidad va tomando forma, los bancos comprobaron que los ahorristas no corrieron a retirar su dinero cuando tuvieron la posibilidad. Un dato les acaba de confirmar esta tendencia: aunque se abrieron las puertas del corralón, solamente el 14 por ciento de la gente fue a retirar anticipadamente sus depósitos. Hay que hacer una salvedad: es probable que muchos ahorristas todavía aguarden a que la Justicia haga lugar a sus reclamos y puedan recuperar sus dólares.
Sobre 4.800 millones de pesos en condiciones de ser liberados, sólo se fueron 700 millones. El resto quedó en las entidades, atraídos por las tasas de interés o, simplemente, en las cuentas a la vista.
Este es el contexto en el que hay que cumplir con el ajuste acordado con el Fondo Monetario. La cuestión, ahora, pasa por saber si el mismo se hará en forma unilateral o con el consenso de los interesados.


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