Nueva York y Ankara. - Las fuerzas armadas de EEUU están listas para invadir Irak en cualquier momento, dijo ayer el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, en unas declaraciones que se producen mientras los inspectores de Naciones Unidas elevan la presión sobre el presidente iraquí, Saddam Hussein. Paralelamente, la Organización del Tratado de Atlántico Norte (Otán) dio la orden de trasladar a Turquía los aviones espía AWACS.
Rumsfeld dijo que se ha llegado a un punto en que la decisión -de atacar- del presidente estadounidense, George W. Bush, se puede concretar. Actualmente se dispone del potencial y la estrategia para llevar adelante la misión, añadió. El jefe del Pentágono no quiso dar detalles de la cifra de tropas desplegadas. Pero según un responsable del Pentágono, los efectivos estadounidenses desplegados en la región del Golfo para una eventual guerra ascienden a 210.000 hombres, de los cuales 98.000 están en Kuwait. El Comando Central americano, denominado Centcom, reúne a las fuerzas estadounidenses en una zona de 25 países desde el cuerno de Africa hasta Afganistán, pasando por Medio Oriente. De este total, 10.000 están retenidos en Afganistán, pero el resto, en tierra o en navíos en los países costeros del Golfo o el Mediterráneo, está disponible para el posible conflicto, indicó la fuente.
Nueva resolución
El portavoz de la Casa, Ari Fleischer, confirmó ayer que EEUU presentará la semana próxima el proyecto para una nueva resolución del Consejo de Seguridad sobre Irak. Fleischer señaló incluso que la entrega podría realizarse antes del fin de semana. Con respecto a las consultas que EEUU está llevando adelante con la ONU, Fleischer dijo que Bush y sus más cercanos ayudantes hablarán con los 15 miembros del Consejo para intentar convencerlos para que autoricen un ataque.
Por su parte, el jefe de la Comisión de Vigilancia, Verificación e Inspección de Naciones Unidas (Unmovic), Hans Blix, señaló que no sólo pedirá a Bagdad la destrucción de los misiles Al Samoud-2, sino probablemente también la de las instalaciones donde se fabrican los motores de los misiles, cuyo radio de acción superaría el permitido.
Diplomáticos de ONU consideran esta petición como una prueba decisiva para evaluar la disposición a colaborar de Saddam Hussein. Las nuevas exigencias de los inspectores han colocado al presidente iraquí ante un serio dilema, se apunta desde fuentes diplomáticas. Si cumplen con lo que se le exige, Bagdad eliminará un importante y nuevo sistema armamentístico, aseguran los expertos en referencia a este cohete.
Pero una negativa de Irak podría servir a EEUU para justificar lo que califican de "grave violación" de la resolución 1.441 de Naciones Unidas y, por lo tanto, ser empleada como argumento para un ataque militar. Diplomáticos de la ONU estiman que Blix ha optado por la más dura de todas las posibilidades. Como alternativa se podría haber propuesto un desmantelamiento de los misiles o una reducción de su alcance.
Negociaciones en Ankara
Entretanto, la Otán ha puesto en marcha la ayuda militar para Turquía, uno de sus países miembro. El comandante en jefe, James L. Jones, dio la orden de trasladar a este país los aviones espía AWACS. Francia, por su parte, envió dos aviones de combate Mirage para respaldar las inspecciones de desarme de la ONU. La incógnita que sigue sin despejarse es si Turquía finalmente será el punto de partida de la ofensiva estadounidense en el norte de Irak. El primer ministro turco, Abdulah Gul, reveló ayer que existe "entendimiento" sobre el posible despliegue de tropas estadounidenses en Turquía, aunque aún se siguen negociando los términos de la cooperación militar. En una breve intervención ante los periodistas en el aeropuerto de Ankara, Gul no dio más detalles sobre el "entendimiento" ni sobre el curso de las negociaciones. El Parlamento turco decidió posponer hasta la próxima semana la decisión. EEUU ha ofrecido a Turquía una ayuda económica de 26.000 millones de dólares, entre subvenciones y avales crediticios, pero el gobierno de Ankara, consciente de su posición de privilegio, ha exigido 30.000 millones. (DPA, Reuters y AFP)