Las diferencias entre las entidades representativas de la cadena agropecuaria postergó hasta la próxima semana la decisión de una medida de fuerza conjunta, después de que el miércoles pasado el gobierno nacional rechazara de plano una revisión del marco impositivo que pesa sobre el campo. Con una presión fiscal que se agudizará si el Congreso aprueba las modificaciones dispuestas en el paquete tributario, todo camina hacia un lock out de toda la cadena agrocomercial en los próximos días. La amplitud de reclamos sectoriales y la presencia de intereses cruzados jugó en contra a la hora de determinar una medida común. Ajuste por inflación, reintegros atrasados a los exportadores, impuesto a las ganancias, la inclusión de las cooperativas en este rubro, IVA al 10,5 por ciento, son los principales puntos que aglutinan posiciones. Las cuatro entidades representativas de los productores reconocen las dificultades que existen para llevar adelante un paro tranqueras afuera ante la cercanía del inicio de la cosecha gruesa y la aprobación en el Congreso del paquete impositivo. Por esta razón, los dirigentes rurales estiman que una medida viable sería consensuar un lock out por tiempo determinado con exportadores y cerealeras y lo más pronto posible. Fuentes del sector no descartaron que una medida de estas características se produzca a partir del jueves próximo, aunque algunos, más cautos, plantean que será necesario tomar una semana más de plazo. Los hombres de campo y la cadena agroindustrial en su conjunto son conscientes de que las medidas exigen rapidez, ya que admiten que la contienda electoral diluiría los reclamos, al tiempo que se tornaría complejo incluir a todos los actores dado que dentro de un mes ingresan en el momento más álgido de la cosecha. Y allí, ninguno quiere perder plata. Frente este escenario, las cuatro entidades representativas del sector productivo decidirán el próximo martes la postura que adoptarán y un día después la pondrán sobre la mesa ante el resto de las entidades de la cadena agrícola. De todas formas, serán los dirigentes rurales quienes lideren la protesta. Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), señaló que "existen motivos de sobra para realizar una protesta agropecuaria", ya que "hay una fuerte transferencia de fondos de los pueblos del interior, que sólo sirve para lesionar las señales de reactivación", estimó. El representante federado consideró que la medida de fuerza "debe ser encabezada por los productores", porque "no me gustaría ser parte de sectores oportunistas, que nunca tuvieron nuestros mismos intereses", remarcó el dirigente, en un tiro por elevación al sector exportador, por los descuentos del 10% a los precios de los granos que les realizan a los productores. En este sentido, todos los actores de la cadena agroindustrial muestran como factor común la bronca contra el gobierno ante la creciente presión impositiva, pero las grietas entre las entidades se hicieron sentir durante el último encuentro que sostuvieron en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires después de la reunión con los funcionarios, y que derivó en la postergación de una decisión conjunta. Manuel Cabanellas, presidente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), reconoció que existen diferencias pero consideró que los "problemas circunstanciales de la cadena hoy hay que dejarlos a un lado y consensuar entre todas las partes un decisión común". Los confederados tienen mandato para llevar adelante una medida junto con el resto de entidades. El presidente de la Bolsa de Rosario, Federico Boglione, también coincidió en que el campo "puede consensuar una medida, que podría ser no operar en el mercado granario por unos días", con la idea de que el "impacto de la acción pese sobre el gobierno y no sobre las personas", agregó. Los exportadores consultados no desestimaron sumarse a un lock out que paralice la cadena agrocomercial. Las medidas podrían incluir la paralización total de actividades productivas (tranqueras adentro), con impacto inmediato en el comercio granario y consecuentemente en la liquidación de divisas diarias por exportaciones de commodities y manufacturas de base agrícola, amenazando con provocar una fuerte caída en la recaudación fiscal. De todos modos, en los días previos a la definición, la dirigencia intentará negociar con legisladores para intentar algunas modificaciones de última hora al paquete impositivo, aprovechando que las aguas en el Congreso están muy divididas.
| Fernández no consiguió moderar el fuego cruzado. | | Ampliar Foto | | |
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