Los ex trabajadores de la metalúrgica Fader ganaron una pelea legal. Es que anteayer la jueza que instruye en la quiebra judicial de la empresa levantó el cronograma del remate del inmueble ubicado en Ovidio Lagos al 4600, previsto para abril y mayo. Pero además los trabajadores podrán entrar en el inmueble dentro de unos diez días para evaluar el estado de la fábrica y de la maquinaria en las instalaciones para ajustar el plan de producción acorde con las instalaciones que quedaron. Las novedades no son menores ya que al menos 300 personas podrían volver a trabajar, bajo la modalidad de cooperativa.
En rigor, los ex operarios ya diseñaron una estrategia de producción que contempla acuerdos con grandes automotrices como Peugeot, Toyota y Zanello, para producir autopartes, específicamente aires acondicionados para vehículos. Estos aparatos no se están produciendo en la Argentina, por lo que los trabajadores confían en que la producción será un éxito. Según los miembros de la cooperativa en cuatro meses estarían en condiciones de ponerla en marcha.
Más aún, los ex empleados han elaborado un proyecto de producción en el que participaron expertos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), e ingenieros con experiencias en distintas fábricas del sector como Somisa y Acindar.
Alicia Belardinenni, quien trabajó 30 años en el taller de la fábrica, es actualmente la presidenta de la cooperativa Fader. "La nuestra es única en el país, nosotros no entendemos de política, sino de trabajo, y vamos a salir adelante", afirmó.
Alicia vive en las inmediaciones del inmueble, y su marido también trabajó 32 años como operario. Toda una vida. "Nosotros no queremos planes trabajar o de jefes, nunca los aceptamos. Lo único que queremos es trabajo, vivir dignamente", aclaró.
Larga lucha
La fábrica está en proceso de quiebra desde 1998 y se hicieron licitaciones públicas en varias oportunidades, aunque no se presentaron oferentes. En su explendor supo albegar a casi 2 mil operarios y exportaba sus productos a toda Latinoamérica, compresores para heladeras y freezers. Sin embargo corrió la suerte de cientos de empresas productivas que comenzaron su cuesta abajo a caballo de la apertura de las importaciones.
Así, a mitad de los 90 comenzó a despedir obreros y empezó un período de alta conflictividad que afectó a muchas familias de la zona sur, donde estaba enclavada la tradicional firma. Fue en 1997 que cambió de titulares y finalmente entró en el proceso de convocatoria dejando a los trabajadores en la calle y sin indemnizaciones. En esa situación quedaron más de 300 operarios en Rosario y 90 en las instalaciones de Santo Tomé. El proceso judicial se tramita en la capital provincial.
Anteayer, y a pesar de todos los recursos que esgrimieron los ex trabajadores, se realizó en Sauce Viejo una subasta de 490 lotes de herramientas y máquinas, en el que se podían adquirir por dos y tres pesos los lotes.
"Fuimos inmediatamente a ver a la jueza, le explicamos nuestro proyecto y entendió que es muy factible poner a producir la fábrica", explicó José Abelli, miembro del Movimiento de Empresas Recuperadas.
Los trabajadores están disputando desde hace años la posiblidad de emprender el proceso productivo bajo la modalidad de cooperativa teniendo en cuenta no sólo el dinero que se les adeuda, sino la experiencia de trabajo sostenida a lo largo de los años. "Somos capaces de hacerla producir, abastecer el mercado e incluso competir en el exterior", resaltó Alicia.
Varios son los emprendimientos de este tipo que ya están trabajando a lo largo y ancho del país. En Rosario lo hacen los trabajadores de la ex carrocera DIC, la fábrica de pastas Mil Hojas y el ex supermercado Tigre, entre otros. Si todo sale como está previsto Fader completará la lista.