Año CXXXVI
 Nº 49.760
Rosario,
viernes  21 de
febrero de 2003
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Carlos Carrera aseguró que no se esperaba la nominación de la Academia a mejor película en lengua no inglesa
El director de "El crimen del padre Amaro" habla de su chance en el Oscar
"Esta película deja en claro que en México no cabe más la censura", aseguró

Fernando Toloza / La Capital

Carlos Carrera es un cineasta con una reconocida trayectoria en México, pero su fama le llegó con "El crimen del padre Amaro", la película que despertó la ira de la Iglesia Católica de su país, hizo saltar la taquilla y consiguió una nominación para el Oscar a mejor filme en lengua no inglesa, dejando en el camino a pesos pesados como la española "Los lunes al sol", la francesa "Ocho mujeres" y la argentina "Kamchatka". En diálogo desde México con La Capital, el director aseguró que nunca esperó que su película causara tanto revuelo, ya que los temas que se abordan -vida sexual de un sacerdote, corrupción y narcotráfico- son de sobra conocidos en su tierra.
-¿Te esperabas la nominación?
-No, para nada. Era muy pesimista. La competencia era muy fuerte, estaba la película española "Los lunes al sol", la brasileña "Ciudad de Dios" y "Kamchatka", que aún no he visto. Generalmente eligen una por idioma, entonces es difícil que elijan dos en español o una hablada en portugués. Pero resultó, y yo estoy muy sorprendido y contento.
-De las otras cuatro con que te tocará competir por el Oscar, ¿cuál es la que más te preocupa?
-"Héroe", la de Zhang Yimou, que es muy fuerte. No conozco ni la alemana ni la holandesa, pero sí vi la de Kaurismaki ("The Man Without Past"), que me gustó mucho y además soy un admirador de su cine.
-¿Por qué hubo tanta polémica con "El crimen del padre Amaro" en tu país?
-Porque todavía hay grupos conservadores muy grandes, porque la Iglesia Católica calculó mal el poder que tenía y querían que la película no se exhibiese. Entonces se empezaron las manifestaciones. Los medios de comunicación que han padecido la persecución de la Iglesia Católica reaccionaron a favor de la película y se armó mucho ruido para que se viera y no fuese prohibida. Como para dejar bien en claro que en México no cabe más la censura, que estuvo a lo largo de muchos años.
-¿Alguna de tus películas anteriores había sido censurada?
-Los métodos eran más sutiles. De repente no se financiaba una película incómoda, de repente los productores se protegían para que las películas no fueran cortadas. Tuve algunas presiones pero nunca tan fuerte como las de ahora, aunque es cierto que no había tocado temas tan polémicos. En "El crimen del padre Amaro" hubo temor de algunos productores por algunas escenas, pero igual siempre tuve el apoyo para que hiciera lo que considerara necesario. Las censuras partieron de algunos grupos conservadores y de la jerarquía eclesiástica mexicana, pero la película no es para tanto. El público conoce todo lo que está representado en la película.
-¿Cómo llegaste a la novela de Eça de Queiroz en que se basa "El crimen del padre Amaro", que fue escrita en siglo XIX?
-Conocía a Eça de Queiroz porque había leído su novela "La reliquia" y Alfredo Ripstein quería hacer, desde los años setenta, con "El crimen del padre Amaro". Cuando me propuso la historia, la leí, me entusiasmé y empezamos a trabajar con Vicente Leñero como guionista.
-Se asegura que "El crimen del padre Amaro" es el filme más taquillero de la historia del cine en México. ¿Qué sentís cuando se define así a tu película?
-Me da gusto porque la película no fue pensada desde la taquilla. Hay una tendencia a repetir esquemas que funcionan. Las películas que funcionan aquí son comedias ligeras y "El crimen del padre Amaro" se salía un poco del modelo que los productores creen que debe tener un filme para ser taquillero. Las películas son para que puedan verse, para tratar de comunicar algo a alguien, así que estoy feliz con que haya funcionado bien.
-¿Nunca sentiste que te metías con muchos temas complejos, como la religión, la guerrilla, el narcotráfico, los políticos, y que te ponías a todo el mundo en contra?
-No, yo pensaba que me iba a poner en contra sólo de los grupos conservadores, porque lo que cuenta la película no son historias desconocidas, y hay mucha información sobre esos temas. Cuando algo de todo esto sale, por ejemplo, en un semanario político no hay tanto lío; el problema es que llegue a un medio masivo como es el cine. Esperaba la reacción de los que siempre protestan, en general aduciendo que se usa un lenguaje inadecuado, pero jamás me imaginé que iba a llegar a tanto y que se manifestaran obispo y la jerarquía política
-Recientemente el cineasta Arturo Ripstein dijo que hoy los Oscar son un premio más del montón. ¿Coincidís con esa apreciación?
-El Oscar es el premio más publicitado a la industria hollywoodense, que galardona lo que les gusta allá, pero igual sigue siendo uno de los premios más importantes. Además, creo que está pasando algo, que Hollywood se está abriendo, por ejemplo este año hay dos películas de habla hispana nominadas para mejor guión como son "Y tu mamá también", de Alfonso Cuarón, y "Hable con ella", de Pedro Almodóvar. Es un gran avance para el cine en el español.
-¿Tenés planes de mudarte a Los Angeles?
-Dependerá del proyecto. Me han ofrecido algunos pero aún no se ha concretado nada, y tiene que ser algo que me llame la atención, porque no tengo interés en hacer cualquier cosa.
-La tendencia marca que los directores con una película nominada al Oscar a mejor filme extranjero terminan con un proyecto en Estados Unidos.
-En todo caso dependerá del proyecto, porque no estoy negado a trabajar allá. Quiero seguir radicado en México, y además Los Angeles no está tan lejos. Son sólo tres horas de viaje.
-¿Sentiste que a "El crimen del padre Amaro" le estaba pasando lo mismo que a "La última tentación de Cristo", la película prohibida de Martin Scorsese?
-Sí, me acordé. La película de Scorsese nunca se estrenó y la tuvimos que ver en video, pero la censura no vino del gobierno sino de la propia distribuidora. En nuestro caso fue un poco al revés. Lo más sorprendente es que estas películas podrían considerarse procristianas, ya que no cuestionan la religión en lo que importa.



Carlos Carrera se sorprendió por la gran polémica.
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