A meses de cumplir dos años de cerrada, Cristalerías Rosario (ex Cristalería de Cuyo) volvió a encender uno de sus hornos y todo está listo para que durante la primera semana de marzo produzca su primera botella. Y, con esto, no sólo se recuperará una industria sino que además se creará una centena de puestos de trabajo. "Actualmente empleamos 60 personas y, en quince días, tomaremos otros 100 obreros", aseguró el presidente de la firma, Hugo Ballester.
Es que, a partir de marzo, Cristalerías Rosario estará produciendo unos 4 millones y medio de botellas mensuales, cifra que el mes siguiente se elevará a 5 millones y medio. Y, obviamente, el proceso estará acompañado de una progresiva absorción de nuevo personal, a lo que se sumará la mano de obra empleada en forma indirecta.
"El martes pasado encendimos el horno. Ahora tenemos que esperar porque lleva un período de calentamiento lento de entre 10 y 12 días, después se puede empezar a cargar y, calculamos que si no media ningún problema para el cinco de marzo estaremos funcionando y fabricando botellas", explicó Ballester.
El empresario se hizo cargo de la planta de Baigorria 2657 el pasado 2 de enero. Ese día, unos 30 obreros del vidrio asistieron al acto donde se volvieron a levantar las persianas de la fábrica que había entrado en quiebra en setiembre del 2001, después de despedir unos 200 trabajadores.
El primer paso
Actualmente la planta esta ordenada y limpia. Y, en sus 35 mil metros cuadrados de superficie, sus operarios aguardan con espectativa el momento de ponerla a trabajar "a full".
En principio se producirán sólo botellas standar de vino, sidra y champán para el mercado interno, ya que la firma que ganó la licitación judicial para la explotación de la fábrica por tres años está asociada a Sidra La Farruca.
Pero, al mismo tiempo, ya comenzaron los contactos para exportar parte de la producción a Uruguay y Paraguay. "Ya tenemos pedidos de cotización del exterior, pero el programa de ventas está aún en pañales porque hasta ahora hemos concentrado todo nuestro esfuerzo en poner a punto la planta", explicó Ballester.
No obstante, por ahora, el futuro parece más que auspicioso: "Si el país sigue demandando envases de vidrio, estimamos que en septiembre pondremos el segundo horno en marcha", adelantó Ballester.
Por esa misma fecha, la Cristalería de Cuyo, un ícono industrial de la década del 60, hubiera cumplido dos años cerrada. En su mejor época, la planta albergó a unos 1.100 operarios que producían 200 mil botellas por día. Entre sus clientes se alistaban Pepsi, Coca Cola y los whiskies Old Smugler y Criadores.