| | Operativo en Fisherton Juicio oral por tráfico de cocaína Un acusado cayó cuando embarcaba hacia Madrid con 2,6 kilos de droga. Y el otro en el parking del aeropuerto
| Eran ocho bultos pequeños ocultos entre las prendas de un pasajero del vuelo 8643 de Varig que partiría hacia Madrid vía San Pablo. La Policía Aeronáutica Nacional (PAN) lo detectó en la sala de preembarque del Aeropuerto de Rosario el 19 de mayo de 2001. El hombre que llevaba los paquetes fue detenido allí mismo y un presunto cómplice fue atrapado en la playa de estacionamiento de la aeroestación minutos más tarde. Según la investigación posterior, eran algo más de dos kilos y medio de cocaína. El hallazgo ocurrió el 19 de mayo de 2001 y ayer comenzó el juicio oral contra los acusados. Al cabo de la primera jornada del proceso, el dato más revelador es la posibilidad de que los presuntos narcos ya hubieran sacado droga hacia Europa a través del aeropuerto local en por lo menos dos ocasiones anteriores, en febrero y marzo del mismo año, aunque esto no figura en el pedido de elevación a juicio. Los acusados son Ernesto José Maiorana, de 59 años, y Antonio Ortiz, de 57. El primero es el que estaba a punto de embarcar con la droga oculta en los bolsillos del saco, debajo de la camisa, en una especie de pañal y en los zapatos. El otro es el hombre que lo acompañó desde la ciudad de Buenos Aires y lo dejó en Fisherton. Maiorana no quiso declarar ante los jueces Santiago Hart, Otmar Paulucci y Laura Cosidoy. Lo único que hizo fue remitirse a una breve declaración anterior en la que intentó despegar al otro acusado. "El sólo me hizo el flete", había asegurado entonces según recordó ayer el secretario del tribunal. Ortiz, en cambio, declaró durante casi una hora. Dijo que era vendedor y remisero y eso le sirvió para explicar dos de los interrogantes que plantea su presencia en Fisherton el día en que Maiorana estaba a punto de subirse al avión de Varig: por qué viajaba seguido a Bolivia ("Iba a buscar ropa para vender") y qué hacía junto al otro acusado en Rosario, donde llegaron un día antes y se alojaron en un hotel céntrico. Según Ortiz, esto último tiene una explicación simple: "Maiorana me contrató para que lo trajera. Vinimos el 18 de mayo, el 19 lo dejé en el aeropuerto y me detuvieron cuando estaba por volver a Buenos Aires", dijo. Por la cantidad de preguntas que le hicieron tanto los jueces como el fiscal Eric Warr pareció que sus explicaciones nunca cerraron del todo. Los tres testigos que declararon después no aportaron demasiado: son las personas que firmaron las actas de los procedimientos realizados por la PAN en el aeropuerto, el día del secuestro de la droga y las detenciones. Quedó pendiente un pedido del abogado de Ortiz, quien solicitó que lo dejen intentar probar que su cliente efectivamente trabajaba en una remisería. El tribunal, que destaca por su garantismo, le permitió hacerlo y esa parece ser su gran apuesta para lo que resta del juicio.
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