Año CXXXVI
 Nº 49.760
Rosario,
viernes  21 de
febrero de 2003
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El crimen de Carina Ajmed: "Siempre se quejaba por la mala relación con el papá"
Lo afirman las compañeras de la chica que la madrugada del domingo fue asesinada de un escopetazo por su padre en una casa de barrio Carlos Casado

Sergio M. Naymark / La Capital

"Carina siempre nos decía que la relación con su papá era mala. Hablaba de su mamá muerta y no soportaba la presencia de la nueva pareja del padre. Por eso, el último tiempo no estuvo viviendo en su casa. Estaba en lo de sus abuelos". El testimonio corresponde a dos chicas jóvenes con las cuales Carina Ajmed, la joven de 19 años asesinada de un disparo de escopeta la madrugada del pasado domingo, compartía gran parte de los días. Están "indignadas", "con bronca" y ninguna quiere dar sus nombres. Tienen miedo a lo que les pueda pasar si son identificadas. Pero no disimulan sus ganas de hablar, de desahogarse.
"Yo también tengo peleas con mi papá. ¿Quién no las tiene? Pero de ahí a que te mate de un tiro hay una distancia enorme", reconoció una de las chicas que habló con La Capital en cercanías de la tienda de San Luis 1231, el lugar donde Carina trabajó como empleada desde comienzo de año hasta las 20.30 del día previo a su muerte.
Quienes vieron a la chica el último día de su vida recuerdan que "no estaba bien de ánimo, tenía los ojos llorosos. En un momento le pregunté que le pasaba y me dijo «lo de siempre». Entonces le pregunté si se había peleado con el papá y me respondió que sí, que ya no lo aguantaba más". Sin embargo, las conocidas de Carina reconocen que nunca la vieron golpeada. "No presté mucha atención en eso, pero lo habría notado. Me parece que las peleas eran de palabras", confió una de las chicas.
La madrugada del pasado domingo, Carina Natalia Ajmed llegó a su casa de Saavedra 3465 en compañía de su novio, José, con quien compartía una relación de seis meses. "Se querían muchísimo, siempre hablaba de él, de lo bien que se llevaban", contaron las chicas. La pareja arribó a bordo de un taxi en el cual el muchacho siguió viaje a su hogar después de darle un último beso a Carina. Pocos minutos después, un disparo de escopeta calibre 16 perforó el vientre de la joven que murió horas más tarde en el Heca.
En un primer momento, Rubén Ajmed, el padre de Carina, le dijo a la policía que había esperado a su hija despierto como lo hacía siempre desde que murió su esposa, hace dos años, por una extraña enfermedad. Que después de saludarla alguien llamó a la puerta y su hija se asomó para ver quien era. Que escuchó un corto saludo y después el estampido mortal.
La coartada de este contratista de la Municipalidad, de 45 años, duró apenas un par de días. El mismo lunes en que sepultaron a Carina, una persona dio cuenta a los investigadores del lugar donde estaba escondida el arma asesina. Así las cosas, la jueza de Instrucción Carina Lurati pidió a la policía que el padre de Carina y su actual pareja, Ethel Verón, de 32 años, fueran llevados para ampliar su declaración. Pero la pareja no pudo ser hallada en su domicilio. En tanto, el martes fue allanada la vivienda de una pareja de amigos de Ajmed y allí apareció la escopeta. Las pericias indicaron que había sido disparada recientemente.
Esa fue la pista que determinó el cauce de la investigación. Hasta ese momento había otras dos claves: el disparo se efectuó a cortísima distancia y en las manos de Carina había restos de pólvora. Para cerrar el círculo faltaba el resultado de otra pericia, la que indicó que el dermotest efectuado a Ajmed y Verón también dio positivo. Por eso los pesquisas sostienen que hubo un forcejeo entre los únicos tres ocupantes de la vivienda en esa madrugada de domingo. A ello se sumó lo dicho por algunos vecinos: se escuchó un "no papá, no papá" y después el estruendo del tiro.

Culpas asumidas
Cercado por las pruebas, el papá de Carina y su pareja se presentaron ante la jueza la tarde del miércoles. Allí, el hombre asumió gran parte de su culpa. Dijo que cargó y apuntó el arma contra su hija y adujo que lo hizo porque había llegado tarde. Sin embargo negó haber disparado y sostuvo que el tiro fue accidental.
Para la jueza no fue suficiente para atenuar la imputación. La magistrada entendió que el estampido que mató a Carina no fue una casualidad, sino una consecuencia de haber preparado el arma para ejecutar su poder de fuego. Por eso acusó a Ajmed de homicidio culposo agravado por el vínculo. Idéntica imputación recayó en Ethel Verón, quien adujo que estaba en el baño en el momento del drama. Ambos quedaron presos, al igual que la pareja a la que el hombre le pidió que guardaran el arma la mañana del domingo, a pocas horas de que hija muriera. Ellos sabían de que manera habían asesinado a Carina y lo encubrieron.
"Cuando la mañana del lunes nos llamó un familiar para avisarnos lo que había pasado nos quedamos mudas. No lo podíamos creer. Después, el martes a la mañana nos vimos con la hermana (Lorena, de 24 años) que trabaja en un local de calle San Luis y nos contó lo que había pasado. Fue peor. ¿Cómo la va a matar el papá? ¿Vos crees que él la mató?", preguntaron a coro las chicas. En rigor, lo presume la Justicia.



La vivienda donde el domingo ocurrió la tragedia. (Foto: Néstor Juncos)
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