Paola Irurtia / La Capital
"¡No papá, no papá!". Fue el grito de Carina Ajmed antes de escuchar el estampido que terminó con su vida y desplomarse del mismo modo que se cayó ayer el relato que había construido su papá, Rubén, en las horas que siguieron al crimen. No sonó el timbre después de que la chica entrara a su casa la madrugada del domingo, ni le disparó un desconocido, como contó el hombre. Carina enfrentó una violenta discusión dentro de su casa de Saavedra al 3400. Esta vez la disputa contaba con un elemento fatal de por medio: una escopeta que su padre cargó y apuntó contra ella. Rubén Ajmed, de 45 años, y su pareja, Ethel Verón, de 32, declararon la tarde de ayer ante la jueza de Instrucción número 1, Carina Luratti, y quedaron detenidos por el crimen imputados con carácter doloso. En tanto, otra pareja -amiga de los mencionados- fue apresada por haber escondido el arma después del homicidio, enterada de la muerte de Carina y el modo en que ocurrió. El disparo que le ocasionó la muerte a la joven salió del arma que empuñaba su papá, según él mismo asumió ayer ante la jueza. La autopsia demostró que el tiro ocurrió a quemarropas porque el cartucho quedó dentro del vientre de Carina. Ajmed reconoció ayer que cargó el arma y le apuntó a su hija para asustarla, porque había llegado tarde. Aunque insistió en que el arma se disparó en forma accidental. Los dichos de un testigo que orientó la pesquisa hacia el lugar donde se escondía la escopeta fue la clave para investigar un crimen que, sin otras pruebas, parecía de difícil resolución. Después, las pericias que demostraron restos de pólvora en las manos de Ajmed y su pareja terminaron por sustentar la sospecha de que el hombre había disparado contra su hija. El resultado del dermotest -tal como se llama la prueba- cuestiona la declaración de la madrastra de Carina. Verón dijo que estaba en el baño cuando ocurrió el estampido. Pero la misma prueba indicó que había restos de pólvora en las manos de Carina, lo que sumado a los gritos de la chica sustenta la hipótesis de los investigadores de que hubo un forcejeo entre los tres ocupantes de la casa. El motivo que trascendió de la fatal discusión refiere a una pelea porque la joven, de 19 años, había llegado demasiado tarde a su casa. Aunque, de acuerdo a la investigación, el noviazgo de Carina era un motivo frecuente de reproche por parte de su padre, tan reiterado como el violento marco de las disputas. La versión que el hombre dio en el juzgado la noche de ayer pretende demostrar que no tuvo la intención de disparar. Aunque su responsabilidad penal, por el momento, se agrava porque al cargar el arma asumía los riesgos de dispararla. La calificación que realizó la jueza Luratti considera que el estampido que causó la muerte de la joven no fue una casualidad, sino una consecuencia de haber preparado el arma para ejecutar su poder de fuego, por eso el carácter doloso del crimen agravado por el vínculo. La investigación sobre el homicidio de Carina Ajmed se realizó en un cerrado hermetismo, entre el juzgado de Instrucción Nº1 y la Brigada de Homicidios, a cargo del sub jefe Daniel Corbellini. El día después del crimen declararon con carácter informativo las personas que habían compartido con Carina sus últimas horas. Esa medida judicial es intermedia entre la declaración testimonial, que no implica ninguna responsabilidad, y una indagatoria, que corresponde a las personas sospechadas de tener alguna relación con la investigación. Además de los allegados directos, también dieron su testimonio vecinos, conocidos y hasta personas que estuvieron en el velatorio de la joven. Tras escuchar esos relatos, el lunes la jueza ordenó que Rubén Ajmed y su actual pareja volvieran para ampliar sus declaraciones. Los palabras de los testigos habían dejado algunas dudas sobre los motivos que esgrimió el hombre en su primera explicación del crimen, en la que deslizó que podría haber sido una venganza. Tampoco podían acreditar que el asesinato hubiese ocurrido en la puerta de la casa, ni habían visto el "auto blanco" que Ajmed dijo que salió de su domicilio después del estampido. Pero Ajmed y su pareja desaparecieron de su casa poco después de sepultar a la joven y la Justicia los consideró prófugos hasta que se presentaron espontáneamente en Tribunales ayer, en compañía del abogado José Ricardo Barbero. En tanto, la pareja acusada de encubrimiento (cuyas identidades se mantienen en reserva) deberá enfrentar esa imputación porque recibió el arma enterada de la muerte de Carina y no la entregó en el Juzgado. La escopeta calibre 16 fue periciada el martes, inmediatamente después de su hallazgo. Las primeras pruebas arrojaron que es del mismo calibre que la que hirió mortalmente a Carina y también que había sido disparada en forma reciente. Fuentes judiciales indicaron que aún faltan otras pruebas sobre su funcionamiento, y que expliquen si pudo haberse disparado en forma accidental.
| Barbero al salir de Tribunales, ahí defendió a los imputados (Foto: Enrique Rodríguez) | | Ampliar Foto | | |
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