Año CXXXVI
 Nº 49.758
Rosario,
miércoles  19 de
febrero de 2003
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Silencio y dudas rodean el crimen de una joven

El silencio envolvía anoche el crimen de Carina Natalia Ajmed, asesinada la madrugada del domingo de un escopetazo en el abdomen frente a su casa del barrio Carlos Casado. Mientras la policía mantenía estricta reserva sobre los avances de la investigación, aunque algunos voceros aventuraban que hoy podrían llevar adelante algunos procedimientos en busca del criminal, los familiares de la adolescente de 19 años se excusaron entre lágrimas de hablar con este diario.
"Sondeamos todo el entorno íntimo de la chica. Su novio, un ex novio, sus amigos, vecinos y familiares y en ningún caso surgió algún indicio sobre el posible autor o el móvil del crimen", reveló con cautela una fuente policial. Hasta anoche los pesquisas tampoco tenían rastros sobre el arma homicida, una escopeta calibre 16.
La joven empleada de una tienda céntrica fue asesinada pasadas las 5.30 del domingo en su casa de Saavedra al 3400. Allí había llegado en un taxi junto a su novio, a quien despidió con un beso antes de entrar. El muchacho siguió viaje en el coche de alquiler mientras la chica saludaba a su padre, que la esperaba despierto. Segundos más tarde, alguien que "indudablemente la estaba esperando", según un vocero policial, golpeó a la puerta. Carina fue a atender y saludó al visitante con un "Hola, qué tal" que su padre escuchó desde la cocina. En instantes un disparo de escopeta alcanzó el abdomen de la chica, que falleció en el Heca horas más tarde. Algunos vecinos vieron alejarse del lugar un auto que podría ser un Renault 18 o 19 de color blanco.
La tarde de ayer, la vivienda de Saavedra 3465 donde la chica vivía con su padre, la compañera de éste y su hermana de 24 años, permanecía con sus persianas bajas. Con los ojos enrojecidos por el llanto la hermana de Carina, Lorena Fernanda, se negó a hablar con La Capital.
La misma reacción tuvo José, el novio de la joven, en su casa de la zona norte. Con sólo mencionar el nombre de su novia el chico irrumpió en un llanto que le impidió emitir palabra. Se refugió en su casa mientras su madre explicaba a La Capital que el joven no estaba en condiciones de prestar su testimonio. Las pesquisas continuaban a cargo del juzgado de Instrucción Nº 1 y la Brigada de Homicidios de la policía local.


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